La (des)educación. Parte III

Parte II: Estudiantes Secundarios Oprimidos
Parte III.  Estado Social Orweliano

Estigmatizamos errores.


En el sistema educativo actual, aunque resulte paradójico, un error es lo peor que puedes cometer y a la vez, se te intenta proteger de la idea de que puedes fracasar.



Siempre medias tintas, vida a medio gas; en la vida real uno puede intentar algo con todas sus fuerzas y no ser suficiente, uno puede implicarse al máximo, estudiar todos los días y aun así suspender en el momento de demostrar lo que sabes, uno puede intentar algo de mil maneras y pese a eso fracasar por todo lo alto. Y es así, no hay más, todas nuestras acciones tienen un margen de error, aunque a veces sea ridículo lo asumimos constantemente. Conocer, respetar y saber jugar con ese margen es algo muy importante, y para eso hay que sobrepasarlo muchas veces. Probablemente Tony Hawk se ha caído más veces, 

Micheal Jordan fallado más triples y Bruce Lee recibido más ostias que todos nosotros juntos. Pero no; fallar, como resulta demasiado traumático para los pobres niños el contacto con el mundo real, queda expulsado de la educación. No se sacan ceros. Si eres lo suficientemente pelota te pueden repetir exámenes, si el profesor ve que te esfuerzas y no lo consigues, pobrecito de ti, te deja más tiempo, te cuenta más ese trabajo que hiciste en casa con ordenador y todos tus compañeros. Parece que premie el esfuerzo, pero lo único que premia es el ser un pelota. Porque obviamente no se puede monitorear el trabajo de 30 personas a la vez, así que el sistema premia aquellos que se saben vender, no los que saben más.




Tenemos la falsa idea de que ayudar a alguien significa no dejarlo caer nunca, que significa socorrerlo cuando pide un poco de ayuda o cuando está un poco cansado o cuando le duele un poco algo.


Por eso se tiende a cada vez dar menos relevancia a los exámenes. Por eso se intentan evitar los errores. Que no es que sean la panacea, pero es un elemento igualador; mismo examen, mismo tiempo, mismo sesgo al corregir (en teoría), un momento de dejarse de pamplinas y ver quién sabe y quien no sabe.


Así que nada de eso, trabajos y evaluación continuada, deberes que cuentan nota, 10% de actitud a clase, exámenes corregidos por el mismo que te da clase, exámenes cada tema porque si no es demasiada información de golpe.


Somos seres humanos y tenemos que aprender a sobrellevar esas situaciones, a correr cuando crees que no puedes más, a caer y aprender de ello, a soportar dolor e incluirlo en tu margen de error. Por eso los buenos deportistas, por ejemplo, no solo son buenos en su deporte, también son capaces de jugar a la mayoría más bien de lo normal. Eso es precisamente lo que no se hace con los buenos alumnos. No se exige ni se aprieta, no se sacan ceros, todo está lleno de segundas oportunidades, de eufemismos. Pese a todo, el sistema está pensado para el nivel medio de la clase y no acepta retrasos ni adelantos, mezclado con todo esto, nos encontramos que, una vez dentro del temario de las asignaturas, todo lo que no sea lo que el profesor tenga en su libreta, está mal y es un tremendo error. No importa el origen, originalidad u objetivo de la acción, ahora un error es un error y se castiga, así que piénselo mejor la próxima vez antes de salirse del guión. Por un lado quien no se arriesga tiene un sinfín de segundas oportunidades, y quien intenta algo fuera de lo común está condenado desde el principio. Capitalismo mal entendido. Vivir entre algodones.


Así ven el mundo a veces los que planean la metodología de la asignatura. Si la gente te aprueba es porque memoriza las respuestas, memo.

Qué bonita doble moral. Ellos dicen: Cualquier duda levantad la mano. Cuando en realidad lo que dicen es: si alguien se quiere poner en ridículo, adelante, y hablad solo cuando yo lo diga.

O mejor aún, cuando en el libro hay un ejercicio que pone: Debatid en clase noseque noseque, y los profesores, después de meses de seguir el libro como una biblia, pasan de él como de la mierda, no dejan hablar a nadie en clase y después se quejan al final de curso que la clase no interactúa con la asignatura.

¿Cómo que no se puede hablar en clase? Estamos compartiendo habitación con un montón de gente que está trabajando en lo mismo que nosotros, se nos intenta vender como un espacio social constructivo, se pretende que estemos 60 minutos concentrados sin parar, que en caso de duda no compartamos lo que sabemos con los otros. Esta gente no tiene ni idea de donde salen las ideas. Se contentan en formar parte de un eslabón educativo en el que se supone que los alumnos, de base, están equivocados. Las ideas salen de la comunicación, de la libre circulación de ideas, de plantear preguntas que parecen muy estúpidas. No después de horas de machacar el cerebro con cantidades absurdas de información que memorizar en vez de tratar de asimilar o comprender aquello que es importante.



O mejor aún, cuando dicen que tienen un tiempo muy limitado y que por eso no puedes ni ir al lavabo ni llegar medio minuto tarde a clase, cuando a veces llegan 20 minutos tarde por estar haciendo vida social con otros profesores u en vez de hacer clase se ponen a contar su vida y darse importancia en clase. Claro, como en casa nadie te escucha tienes que venir aquí a tocar los huevos, pero como obviamente sigue siendo más interesante ver como se da importancia que no seguir esa clase de una hora cuyo contenido se lo puedo explicar a mi abuela en cinco minutos.

La manera más fácil de tener a alguien sometido es hacerle creer que está ahí por su propio beneficio. O por su propia culpa.

Somos una de las sociedades más acomplejadas e inseguras del mundo. Decía mi profesor de álgebra el otro día. Un complejo mejunje de gente intelectualmente capaz que sin aparente explicación se comportan como una sociedad reprimida debido a un increíble complejo de inferioridad e inseguridad.

Las mecánicas de trabajo durante los largos e influenciables años que pasamos en el marco de la escuela potencian esto. ¿Cómo explicas que se asocie seriedad a inteligencia? ¿Introversión a buen comportamiento?  ¿Ser triste a ser responsable? ¿Desobediencia a problemas mentales o personales?

Puede parecer algo fuerte así dicho, pero la primera reacción de los profesores cuando empecé a mostrar públicamente un desdén absoluto a su profesión y sus clases, fue preguntarme si tenía algún problema en casa, o si tomaba drogas, o si era gay. Para acabar concluyendo que “es adolescente, ya se le pasara”.

Lo de los problemas mentales es más dramático aun, hiperactividad, déficit de atención, esquizofrenia, psicopatía. Todo inventado para no admitir que a nadie cuerdo a los 14 años le importa una mierda lo que
dice ese señor que nos dice que hacer y nos castiga si nos negamos.


Enfermos. 

¿Y si me llega a interesar algo, tú crees que me voy a esperar a que lo hagamos en clase, y me voy a contentar con solo lo que hagamos ese día? Es lo bueno de la curiosidad innata, si algo te interesa, lo buscas, lo lees, lo miras, lo tocas, experimentas. Coges el libro de biología y te lo lees durante las clases que ellos tardan en hacer medio tema; yo lo hice en segundo, esos días de curiosidad me proporcionaron el no tener que estudiar nada de biología en todo el curso y que me pusieran un negativo por no estar siguiendo la clase. “Me da igual lo que leas, lo que tienes que hacer es escucharme y poner la página que toca hoy.” El instituto bloquea nuestra curiosidad de una forma equivalente a cuando la escuela bloqueaba nuestra mente creativa.


Durante los años que siguieron desde segundo de eso a bachillerato, pasé de sospechar que había otra forma de hacer las cosas que la que nos habían dicho a odiar profundamente a cualquier persona que osase decir que era profesor.

He hablado mucho, de generalidades y cómo influyen las formas generales en la vida educativa, pero no esperes que ningún profesor que admita nada de eso, porque seguramente tampoco lo va a ver así directamente, recuerda que ellos lo único que intentan es salvar sus patéticos egos y controlar su clase para que tengan la sensación de que su faena sirve para algo.

Hay profesores buenos y malos, algunos que valen la pena, algunos que entienden mínimamente lo que ocurre con el sistema y algunos que no lo quieren entender. Luego hay personas que simplemente su mente no da para comprender su vida ni su entorno ni su nada. Esas son personas que simplemente son tontas. Algunas llegan a profesoras.



¿Tan difícil es encontrar alguien que le tenga pasión a el trabajo por el que ha estudiado?

Quima Pastor era una profesora de historia o de sociales o algo, así que no entiendo qué coño hacia dando clases historia alguien que no ha estudiado ni para dar clases ni para historia. Lo mismo podría poner a mis primos italianos a dar clase de francés. 


Su envidiable metodología se basaba en, hacer leer por turnos trozos del libro de texto a alumnos, luego leerlo teatralmente y hacer gestos con las manos como si intentara explicarlo, mandarnos a hacer ejercicios, cuya respuesta se encontraba SIEMPRE en la parte leída; haciendo callar cualquier atisbo de conversación o dialogo con una regla de metal golpeando la mesa. Luego el día siguiente corregíamos los ejercicios, donde los alumnos decían lo que habían puesto, e, invariablemente de la respuesta ella decía que sí, que estaba bien pero que mejor borrasen y copiasen la suya, que estaba mejor y nos iba a servir para estudiar.


Esa respuesta era siempre una cita literal del libro, presumiblemente de algún fragmento que ella había dicho que era importante. Pasaba, miraba durante 20 minutos quien había hecho los ejercicios y quien no, y vuelta a empezar. A veces mandaba hacer trabajos que eran básicamente del mismo estilo y no dejaban nada a inventiva ni opinión ni análisis. Como más te alejes de la Wikipedia, peor nota. Bueno, en realidad las notas de los trabajos son normalmente y de pura casualidad siempre las mismas para cada alumno, como si cada alumno ya tuviese una nota puesta en su frente, pero ya voy a hablar de eso.

Exámenes en bastante parte memorísticos, de esos de recordar fechas, siglas de sindicatos y nombres de reyes. Nuevamente nada a la inventiva si puede ser: ejercicios ya hechos en clase, y muchas veces durante las clases iba diciendo lo que saldría en el examen. Obviamente la gente que escuchaba toda la mierda que decía pues tenía esa información, mientras que nosotros no. A veces no era cuestión de saber más o saber menos, era cuestión de si uno había estado atento a lo que salía y a lo que no. Por eso sacaban dieces en historia gente que no sabía quién era Hitler y he visto muchos amigos suspendidos que podrían dar ellos la clase.



Recuerdo esos suspensos con muuucho cariño. Me enseñaron a no fiarme de nadie detrás de un escritorio/mostrador/mesa de trabajo.

Yo pasaba de todo, no seguía la clase no estudiaba no hacia los deberes y disfrutaba cada negativo como una brisa de viento fresco, porque llegaba el examen y, después de reclamar puntos que casualmente siempre se le olvidaba contarme, o ejercicios que no había visto, o explicaciones de una página que no se había leído; sacaba ochos, o sietes o nueves. Un amigo un día pasó de tener un 2 a un 8, parece una tontería pero perder un año de tu vida suspendiendo así te aparta del sistema para siempre. Éramos unos cuantos los que lo hacíamos a nuestra manera. 

Un día la escuche decir a través de una puerta comentar con una profesora alguna cosa parecida a: “Es que estos que no estudian y luego me aprueban todos los exámenes parece que se quieran reír de nosotros, yo hago todo lo posible para que suspendan por ejemplo cuando pongo los exámenes intento que sean más…” (No llegué a escuchar nada más).





Tengo recuerdo de trabajos y redacciones increíbles llevarse malas notas por no seguir la narración lineal introducción-nudo-desenlace, trabajos suspendidos por ser a mano en vez de a ordenador, textos argumentativos que ya no valen porque se ha usado la estructura de uno explicativo, gente con muchísima imaginación tan encorsetada en las formas “artísticas” oficiales que acaban por asfixiarse. ¿A nadie se le ha ocurrido preguntarnos, mirar, buscar, que es lo que nos interesa hacer? No estoy diciendo que no necesitemos una base de conocimiento de todas las materias, pero; ¿qué sentido tiene aprender a hacer raíces cuadradas manualmente? ¿Qué sentido tiene aprender a hacer ciertas figuras geométricas con lápiz y compás? ¿Quieres dibujar? ¡Dibuja! ¿Quieres hacer cine? Cómprate una cámara de 20 euros por Ebay y graba, ¡maldito! ¿Músico? Comprate una guitarra, déjate el pelo largo y escucha Led Zeppelin y Pink Floyd como si no hubiese mañana.

Las formas empaquetadas y servidas en forma de asignaturas aisladas nos hacen creer que hay un curso para todo. Un cursillo con normas y profesores que seguir, y que sin poner nada de tu ser en riesgo ni hacer nada a ciegas, te van a enseñar a ser aquello que quieres ser. En clase de música se da historia de la música, en dibujo, dibujo técnico, en física, historia de la física. ¿Quieres hacer cine? Usted debe guardar la cámara, atender a clase, y ya si eso cuando sea abogado y tenga hijos podrá hacer todo el cine que quiera.



No creas que todo parte de algún ejemplo aislado. Lo realmente preocupante era la inacción del resto de la clase al que nos vamos acostumbrando y aceptando como algo normal, el “tú no te quejes que igualmente apruebas”, el que nadie se pregunte si no está perdiendo su tiempo, energía y juventud de manera ridícula. Si preguntase a los “alumnos modelo” se ese sistema, seguramente todos la recordaran con gran cariño, como una profesora empática, que se preocupaba por ellos y que nosotros solo queríamos molestar y llamar la atención.

¿A alguien se le ocurre que se parece todo sospechosamente a nuestra realidad social y política actual?

Nos pasábamos 6 o 7 horas al día de tortura intelectual diaria en unos estudios que odiábamos y a los que solo íbamos por responsabilidad, y nuestra pequeña revolución, que nos costaba muchos problemas personales y de expediente, era molestar un poco a nuestros carceleros de vez en cuando. Qué rebeldía. Qué Orweliano. Qué realista. Qué asco.

[Semana 2] Fracasos


Aviso legal: Si algunos de los personajes de esta serie totalmente de fantasía encuentras que se parece a ti o a alguno de tus amigos en el nombre o en las cosas que ha hecho, guarda el numero de tu abogado que todo parecido con la realidad es pura coincidencia. Te lo prometo. En serio. Confía en mi.


Vida universitaria

Semana 2 
Fracasos


Fracaso 1: La breve vida como estrellas de rock que empezamos la semana pasada estaba llegando a su inevitable final. Estábamos acabados. Llegué a ir a la universidad con camisa larga, chancletas y pantalones de básquet. Jugábamos a ser dioses. Todas aquellas orgias y millones de dólares quedaron atrás el jueves, recuperando nuestra juventud infructuosa en Mundo Caníbal, donde empezamos en la Vinya del Mar y terminamos dormidos humildemente en el suelo de algún piso del campus.



La carbonara de los pisos de estudiantes sabe a Victoria.

Fracaso 2: Me pasé un par de días enteros en mis aposentos sin salir, mirando HIMYM con mi nueva y flamante camiseta hippie, lamiéndome las heridas después de perder un partido a un FIFA 09 tan lleno de bugs que Messi chutó bien un penalti, el portero se lo paró acrobáticamente sin que nadie tocase el mando, y al salir por el córner subió al marcador.


Hay mogollón de estas en Tallers.

Fracaso 3: Nos encontrábamos en el club de caballeros a rollo las 3:45 de la mañana un lunes debatiendo el pesimismo de Schopenhauer y fumando pipa cuando nos dispusimos a inyectarnos nuestra dosis de heroína Breaking Bad; que había salido oficialmente unas horas antes. Encontramos un link que parecía fiable, pusimos el video a cargar, nos preparamos en el sofá como una gran familia y preparamos comida (galletas) para pasar una agradable y memorable velada, para luego irnos satisfechos a las 5 a nuestras respectivas mansiones victorianas. 

Nos comimos, enterito, con patatas, guarnición y tarta con stripper dentro, lo que ha significado para mí, el mayor Rick Roll de la corta y placentera vida que llevaba hasta ese día. Vida que sin duda ya no volverá a ser lo mismo después de semejante mazazo emocional. HIJO DE PUTA el del vídeo hasta se había currado una introducción con recortes de otros episodios para, luego de la pantallita esa que pone Breaking Bad, sumirnos en la más profunda y bailable humillación. PLAS, PLAS, PLAS. Me quito el sombrero, la pipa y las gafas de pasta y nos vamos al metro prematuramente, para descubrir que precisamente ese día, un único día de las Festes de la Mercé, abre a las 5. Nos quedamos una media hora viendo el vídeo de rick roll en silencio Con Los Chicos y unos 3/4 pasando frío y llorando silenciosamente delante de la estación cerrada.




                                      


Fracaso 4: Hubo movimiento de gente el lunes noche. Para gozo de mis queridos invitados (y autoinvitados) y desgracia de la chica que duerme al lado del salón de mi piso de Barcelona. Este es el fracaso más entretenido por el que he pasado nunca. Contando incluso el día que atamos para hacer una broma a un amigo en el instituto y se lo llevaron unos canis. Éramos rollo 10 o 12 estudiantes de física, espaguetis, muchas toallas, una cámara de fotos, tijeras, música punk, el vídeo de Random Local Guys de fondo, bastante alcohol y una apuesta fuerte, de las duras, en la que fracasé miserablemente. 

Cuando todo terminó pensamos que sería buena idea ir al fórum. Y exactamente lo mismo pensaron los ocho coma dos millones de personas que nos encontramos allí paseando. Aún sin saber cómo, llegamos justo delante del escenario y luego volvimos. Me escapé, miré Harry Potter y las reliquias de la muerte, fui feliz y no recuerdo si me dormí o me desmayé pero tengo la almohada de color sangre. Que misterio. 

Habréis notado que no he contado realmente que hice el lunes por la noche ni porque se me apartaba la gente en el metro. Yo también lo he notado. Habrá fotos. Que nadie se mueva que nadie se lo cuente a nadie, si alguien lo quiere saber, que venga él mismo a randomlocalguys.blogspot.com a partir del viernes.

Actualizacion:

El lunes, contra todo pronostico, tuve que rendir cuentas de una apuesta que perdí por suspender álgebra II con mis amigos físicos. Y ese es el MAGNIFICO resultado. Creo que podrán deducir sin mucha dificultad lo que ocurrió.










Alejarse del rebaño o permanecer en él. Nihilismo accidentado.

Todos tenemos miedo al fracaso, y eso puede impedirnos sacar lo que llevamos dentro, el preocuparse por el ¿Qué dirán? O la posible burla…  Muchos grupos sociales, sobretodo de adolescentes recién entrados en esta etapa, tienen unos propios ideales y modelos de comportamiento que se basan prácticamente en imitar a los dos o tres más populares; los que se salgan de esos parámetros serán objeto de burla o rechazo.

Hay personas que nunca sacarán todo lo que podrían dar de ellos mismos, porque saben o creen que su padre, amigas, amigos, compañeros de clase, o quien sea dentro del circulo de personas cercanas a esta, no van a aprobarlo. Alguien que sucumbe ante este negativo poder, nunca podrá ser feliz, tendrá dentro su deseo, moribundo, recordándole lo que no se atrevió a hacer y dejando constancia en lo más profundo de su ser de que cada vez es más tarde, y de que la esperanza es ya la llama de una vela bajo una intensa lluvia.


¿Cual debe ser nuestro objetivo si no lo es el placer, la felicidad y la satisfacción?, ¿Por qué conformarse con buscar un trabajo estable, que mantenga a una pareja estable, y a unos futuros hijos, dentro de una casa situada allí mismo, donde tú creciste, cumpliendo los objetivos de una simple vida predeterminada? ¿Por qué conformarse con obedecer a la autoridad, escuchar la música que ponen en la radio, ver los programas que ponen en la televisión, y porque creerte todo lo que dicen en los telediarios?


¿Por qué pudiendo ser diferente, y pudiendo salir del rebaño ibas a quedarte dentro?



La presión social juega un papel muy importante dentro de esto, los humanos somos seres sociales, necesitamos interactuar entre nosotros; realmente valoramos los vínculos que se crean al compartir experiencias y sentimientos con otras personas. Anhelar, o querer conservar estos vínculos puede llevarnos no comportarnos como queremos, a mentir, y en el peor de los casos, a dejar de ser nosotros.





“Un amigo de verdad es aquel que sabe todo sobre ti, y aun así sigue siendo tu amigo”
-Kurt Cobain.

"Un amigo es aquel que te da la libertad de ser tu mismo"
-Jim Morrison.


Otro ejemplo de no atreverse a salir del camino prediseñado suele tener lugar en la rebelión contra los padres, un joven que nunca se ha revelado contra sus padres es una persona débil y conformista (o tiene unos padres idílicos), es alguien que no se atreve a juzgar por si mismo si no que necesita que le digan que pensar o cómo comportarse. La cobardía también es un elemento que cuenta a la hora de enfrentarnos a la que es nuestra mayor figura autoritaria desde el día en que nacemos hasta el día que queremos; ya que llega un momento en el que los padres ven que ya no tienen poder sobre su hijo o hija, y la llegada de ese día depende más del retoño que del progenitor.

Porque si quieres lograr tu objetivo, debes hacer algo al respecto en vez de esperar sentado a que llegue, y por muy típicas y sobreutilizadas que sean esas palabras, aguardan un principio básico. No esperar sino buscar.


·         "¿Dejar que la gente os diga que hacer? ¿Dejar que la gente os maneje? ¿Cuánto tiempo pensáis que va a durar esto? ¿Cuánto tiempo más vais a dejar pasar antes de hartaros? ¿Por cuánto tiempo más vais a permitir que os controlen?... A lo mejor amáis que os metan la cara en la mierda... Sois todos un puñado de esclavos. Un puñado de esclavos que dejan que todos siempre los controlen... ¿Qué vais a hacer al respecto?... Decidme, ¿qué vais a hacer vosotros al respecto?"

-Jim Morrison.
 Miami, 1 de Marzo del  1969.




Un niño que está en clase y se distrae con una mosca, se le considera un despistado, alguien sin capacidad para concentrarse, con una problemática falta de atención. En nuestro modelo de comportamiento está escrito que cuando se nos acerca una mosca la espantemos o matemos, porque nos molesta, ¿pero qué pasaría si en vez de asustarla o acabar con su vida nos acercáramos a ella y la observáramos? Realmente es un extraño y curioso ser la mosca; la forma de su cuerpo, sus ojos, sus movimientos…


Estas convicciones sociales han traído también, quizás un cambio, quizás la continuidad, de un absurdo y patético punto de vista en cuanto a lo “sobrenatural” del cual me avergonzaría formar parte. Esta manera de ver las cosas, la cual aún no he explicado, ha sido influenciada por los empiristas; ellos decían que la base de todo conocimiento está en la información que recibimos de los sentidos, y de aquí ha derivado el ignorante: “Si no lo veo no lo creo”; dicho tan solo por personas nada conscientes, ya que pretender que el ojo humano sea capaz de captar todo lo que pasa en este conjunto de realidades interpretables es tema de risa.


“Aquellos que eran vistos bailando, eran considerados locos por quienes no podían escuchar la música”
-Friedrich Nietzsche

Hay gente que se da cuenta de mucho más que los demás, que escucha la música y que baja del monte bailando, pero como Zarathustra, serán considerados locos si no filtran a quien expresar sus conocimientos, o mejor dicho, sus descubrimientos.

Los sentidos tienen limitaciones, y su función es interpretar, así que lo que nos llega de estos son puntos de vista, realidades individuales.

El conocimiento verdadero y puro emana de lo más profundo del alma.



[Semana I] Barcos y putas.


En una especie de continuación de la aclamada serie poco seria de artículos algo parecidos a:

Día 296 a la Vila Universitaria.
Hoy los nazis han entrado en el bunker de los elfos y se han llevado todo el mithril, ya no podemos fabricar cuchillos para nutella, repito, ya no podemos comer nutella sin que se nos llenen los dedos de deliciosa crema de chocolate fundida.
Cambio y corto. Paz.


Llega una dramatización de como se vive en primera persona una vida universitaria común y corriente como la mía. Si algunos de los personajes de esta serie totalmente de fantasía encuentras que se parece a ti o a alguno de tus amigos en el nombre o en las cosas que ha hecho, guarda el numero de tu abogado que todo parecido con la realidad es pura coincidencia. Te lo prometo. En serio. Confía en mi.

Vida universitaria.
Semana 1
Barcos y putas

En realidad ha sido solo un fin de semana y un intenso día de reencuentros constantes e inesperados. Pero lo mismo es ir al salón del manga y también se hace laaargo.

La vida en la gran ciudad es bastante rara. La ciudad te arrastra y hace contigo lo que quiere; ir y venir de situaciones. Si a la ciudad le da la gana que estés contento, te va a encontrar con alguien inesperado, si te quiere jodido ese alguien será una ex, y te vas a tropezar en el metro y te van a robar el móvil y te va a joder más lo de la ex y su nuevo novio. 

Yo venía con intención de dejar reposar mi Espíritu de Verano 2013 que tantas cosas geniales me ha hecho pasar, pero, lamentablemente, en un fin de semana, me he encontrado en un piso genial con vinilos de Pink Floyd, me he mudado a Barcelona sin llaves ni nadie en el piso ni forma de demostrar que vivía allí, ni haber visto el piso antes, nos han estafado en el Burger King, hemos encontrado un bar donde nos dejan tocar el piano, me he cruzado dos veces con Loulogio, me he colado en el metro, y hasta ayer tenía la espalda llena de arañazos. 

Otros días es como un poble de mala mort y llueve, te quita el entusiasmo, compras 20 euros en fideos instantáneos y haces galletitas de chocolate en tu casa. Que bueno, tampoco esta tan mal.

Recomiendo el del dibujo de la gamba.

No puedes sino dejarte llevar; a nadie le importa una mierda que vayas disfrazado por la calle, que ames mucho a tu novia ni que tengas 100 seguidores en Twitter ni que haya una tienda de ropa para lolitas góticas con Panic! at the Disco de fondo cerca del Norma Comics. Es genial, libertario e preocupante a la vez. En mi pueblo cuando alguien se tiñe el pelo casi sale en el diario. La única cosa que viaja más rápido que la luz que este universo son los falsos rumores.



 



Luego vas a la universidad y el ambiente campus te saca totalmente de sitio otra vez. Lo que antes era no ahora es si, chiquillas de primero aprovechando los últimos atisbos de calor veraniego para mostrar lo morenas que se han puesto este verano y la poca ropa que pueden llegar a llevar sin sentirse mal consigo mismas; gente con planes que se bebe cubatas el fin de semana igual que se come el mundo silenciosamente días más grises, gente haciendo chistes matemáticos a plena luz del día entre cervezas en la cafetería. 

Mola repetir asignaturas el primer año porque el primer año vas como un cerdito al matadero, y el segundo como Máximo Decimo Meridio en Gladiator (bueno, el principio, dos semanas después la cosa cambia). Alguien entra tarde en clase el primer día y llama a la puerta y pide disculpas. N00b. Se entra con auriculares y Coca-Cola, media hora tarde, no 5 minutos. Y si llegas 5 minutos tardes, te esperas lo suficiente a que parezca que te ha pasado algo realmente interesante. Ensaya tu entrada triunfal, sonríe con picardía, saluda a tu público y giña el ojo al profesor. Lleva siempre en el metro la carpeta de la UAB y ve con pose de superioridad intelectual y desparpajo. Pregunta en clase de laboratorio si hay que llevar toalla o ya te la dan en la entrada. Hazte satánico y pasea con botas góticas de plataforma aunque midas metro noventa. A no ser que vayas a la universidad a estudiar, entonces estudia. Y deja lo de molar a los profesionales.

La (des)educacion. Parte II






Parte I, Como funciona la escuela primaria.
Parte II: Estudiantes Secundarios Oprimidos

Venimos del paraíso de la primaria. Comparado con secundaria, por supuesto. Lo que antes era domesticación ahora es solo inocente lavado de cerebro.


Empieza poco a poco, se mezcla con algo de rebeldía, de independencia intelectual. Un día no haces lo deberes y es lo más rebelde del mundo. Un día no te lees ese libro, un día no haces ese trabajo, un día no escuchas en clase. Pero no tiene efecto alguno sobre tu rendimiento. Dejas de hacer los deberes repetitivos de siempre y te encuentras que sabes lo mismo y de sobra de antes. Sencillamente, pierdes el miedo que te cegaba. El refuerzo negativo empieza a fallar. La autoridad a mostrarse tal y como es. Empiezas a notar el viento en la cara.


Lo explico para que veas que no es ninguna revelación explosiva. No se le aparece satanás al estudiante modélico y le obliga a dejarse el pelo largo y revelarse contra el sistema. Todo lo que digo yo lo sospechaba entonces, pero hay una diferencia muy importante entre sospechar e actuar contra esa sospecha. Y mas cuando todo referente anterior en tu vida te dice lo contrario de lo que ven tus propios ojos.


Todos los institutos se jactan de ser centros formativos y educativos. 


Dentro de unos límites, no nos pasemos de libertad. Y con buenas intenciones todo.


Se supone que aprendes a comportante en público además de aprender matemáticas. A relacionarte con la gente además de conocer mejor la poesía del siglo XVII. A tomar decisiones y acarrear responsabilidades, además de aprender inglés. 


No te aprendes a comportar en público, aprendes a callar y no llamar la atención
No aprendes matemáticas, aprendes a memorizar formulas y problemas. 
Te relacionas solo con gente de tu misma edad y condición social, además de contar silabas de poesía que eres incapaz de sentir. Es como vivir versión light. Sin entrar nunca en lo realmente importante.
Toman por ti todas las decisiones de “lo que deberías hacer” y todo lejos de ello, es malo, o irresponsable, o algo que dices solo porque tú eres adolescente: y, por lo tanto, no tienes razón.


Todos los institutos se jactan de ser centros formativos y educativos.
Templos del saber y las buenas maneras. 

Edificios blancos que contrastan con el paisaje, acceso a los baños restringidos, cámaras en los pasillos, guardias de profesores patrullando, ventanas que dan a rejas de hierro colado, pedir permiso para hablar, para levantarte. Asistencia obligatoria, código de vestimenta, lectura la misma para todo el mundo y obligatoria, comportamiento en clase reglado al absurdo; y en caso de algún problema, no te preocupes, en vez de decírtelo a ti, vamos a llamar a tu casa y contarte lo terrible que es para el futuro que a tu hijo no le interese lo más mínimo el álgebra para que le des unos azotes.



IES Sant Feliu


¿Y qué es lo importante para el futuro? ¡Lo importante para tu futuro es estudiar mucho y hacer caso a los profesores! Eso es lo que quieres, pero como aun eres un crio pues no sabes nada de la vida.


Continúan mis andanzas por la vida educativa, donde el instituto, ese gran templo del saber que anunciaban en la primaria abría sus puertas; para, ahora de verdad, hacer coses importantes. Pobre de mí. La verdad es que me interesaban mucho más las chicas y Magic the Gathering que cualquier tipo de futuro maravilloso, pero yo era alguien responsable, destinado a grandes cosas. Motivado y con confianza. O eso me hubiese gustado.

El primer año de eso no tiene mucho misterio, nuevos profesores, nuevos imbéciles en el patio, nuevos idiotas juzgando tus movimientos. Yo no podía defraudar con malas notas: llegados a ese punto, ya no es responsabilidad, es adicción, dependencia. Yo necesitaba reconocimiento de los profesores y de todo el mundo igual que Miley Cyrus necesita que se hagan pajas pensando en ella. Y así, por inercia más que por voluntad, iba haciendo las cosas que otros esperan que haga, convirtiéndome en uno de esos niños ejemplares otra vez sacando excelentes, pese a no tener realmente ningún éxito que me importase de per se, así que iba recortando esfuerzos sin resentir mis importantes notas; los deberes se falsean, se da alguna excusa mala, de copia con el pulso tembloroso en algún examen. Recuerdo que en esa época me llamaban desde empollón a superdotado, precisamente gente con más habilidades sociales de las que yo podía soñar en aquel momento. En algún lugar de mis elevados pensamientos sobre Hawkings y Nietszche, yo tenía más como ídolo intelectual a cualquier random chico que se liaba con esa random chica en la playa que a ningún profesor de secundaria. Uno siempre esta a tiempo de aprender a ser un perdedor, pero las chicas son ahora, el presente, la vida misma explota a los 13 al dar tu primer beso cerca del mar.



¿Se supone que debería tener los profesores como ídolos del conocimiento? ¡Si todo lo que consiguen es ser amargados profesores de secundaria sin ninguna pasión por su trabajo!

¿Se supone que realmente estudiar 3 años seguidos lo mismo, una y otra vez las guerras púnicas sirve para mi futuro?

¿Se supone que debo considerar normal encerrar niños en aulas para que personajes patéticos los controlen y les metan ideas en la cabeza?

¿Se supone realmente que alguien que vive en ese sistema debe dejar pasar el chaparrón y no quejarse nunca?


Es imposible pretender que todas esas personas en el aula tengan los mismos intereses, mismo nivel, mismo momento emocional para que se le enseñe lo mismo al mismo tiempo. Es el equivalente a ir toda una vez al día al baño al mismo tiempo.

Si los niños no salieran del sistema educativo conforme crecen o molestan, habría una revolución mundial estudiantil mañana mismo. Ninguna mente adulta no adulterada aceptaría eso.

Pero no se hecho a nadie, no directamente. Cuando te alejas un poco del dogma central, tú mismo quieres salir. Yo aguanté porque tenía un objetivo muy claro, y el mundo tiende a apartarse cuando ve a alguien que sabe dónde va.


En segundo, un buen día, después de meses de media rebeldía contra el sistema con mi infatigable friki de Matrix, Alex Zarza; decidí que no volvería a hacer deberes nunca más.
En lo teoría, son para consolidar los conocimientos que se adquieren en clase.

El sistema ya demasiado enfermo es incapaz de enseñar al estudiante a solucionar problemas de la vida real, así que suple sus incapacidades con alargadas horas de estudio, con énfasis en temas considerados centrales, que alejan al estudiante de nada que le pueda interesar. Se vuelve un sistema rígido, donde lejos ya de comprender nada, se busca la memorización, y para ello se necesita más tiempo del que están dispuestos a darles a ciertos profesores. Si durante todo un curso, a cuatro horas semanales, eres incapaz de hacer aprender el 20% de un libro de texto a una mente sana, no vales como profesor o tu sistema es ineficiente. Y como es ineficiente, pues vamos a, absurdamente, aplicar el número de horas que dediquen a mi asignatura. Más deberes, más leña, más horas.

Así se aprueba.

Poco a poco, uno va asociando el aprender, el escuchar y hasta el leer a esos deberes infernales, clases aburridas e pupitres insulsos. Consiguiendo que la mayoría de gente que pasa por el sistema educativo no vuelva a coger un libro en su vida al salir de él. Al final da igual lo que diga el profesor delante la pizarra, si has empezado a dudar del sistema, te va a parecer mierda pura, porque lo vas a asociar a aquello que no te gusta. Psicología de parvulario. Pero claro, da la sensación de que la gente se lo trabaja más cuanto más jodidos están. Más deberes, más trabajos, más agachar la cabeza, más ladrillos en el muro.


Los resultados, obviamente, no se acaban de corresponder siempre a lo que querrían los profesores, para su desgracia, no pueden cambiar la realidad, y están estableciendo con los exámenes la sanísima costumbre de pensar y tomar decisiones, que es precisamente lo que no enseñan en sus clases y deberes, así que las notas no se basan en algo tan trivial. Ahora las notas importa mucho más el volumen de deberes que has hecho, las faltas de ortografía de tu absolutamente genial redacción, de las veces que has ido a hablar de lo bien que te cae el profesor. Factores, que, obviamente, corresponden con lo que el profesor quiere, tiempo dedicado más que esfuerzo real e imaginación. Tiempo que aportan el prototipo de personas obedientes que no cuestionen su autoridad intelectual y van a hacer lo que se espera que ellas aunque no les guste, sin cuestionar gran cosa. En los exámenes también hay un sesgo de notas, pero no puede convertir el 10 del rebelde en un 4 ni el 0 del estudiante en un 5. Aun.


Yo había visto un sistema alternativo a todo el rollo de la memorización, hacía años que me molestaba en comprender las cosas a mi manera. Los exámenes no solían perfectos, porque obviamente palabras memorizadas puntúan más que palabras propias, pero pese a eso, combinado con que nadie se había dado cuenta de cómo odiaba a mis profesores ni de que no hacia los deberes, saque una media de un 9 en mi segundo año de secundaria. 

¿Cómo no apuntarse a la ola de rebeldía e independencia intelectual que me daba buenos resultados, no solo académicos, sino en mi vida personal? Era tomando el tipo de decisiones que se supone no debía tomar el que me hacía conseguir lo que quería, crecer como persona y encontrar retos y aventuras. Una nota es solo un numero en un papel, que nada puede decirme quien soy yo.



La (des)educación. Parte I


La historia de mi vida se puede resumir en dos apartados distintos, por un lado la historia de mis problemas con las mujeres, y por otro mi fantabulosa vida académica.

Después de sospesar largamente cuál de las dos os interesa menos, he llegado a la conclusión de que nadie se leería 900 apocalípticas páginas sin ilustrar sobre tetas y culos, pero que un par de páginas sacando vísceras y sangre sobre profesores y rebaños pueden tener su sentido.

Considero que alguien que se no haya revelado nunca contra nada en su vida carece de credibilidad. Porque no ha sabido identificar cuando estaba siento manipulado u oprimido.


                                   


Quizás me hayas conocido demasiado tarde como para ello, pero no siempre he bebido, fumado, follado y sido, en general, un paria de la sociedad. Tiempo atrás era ese niño repelente que se creía el más listo del mundo, sacaba excelentes a docenas, jugaba a ajedrez con gente que me sacaba 20, 30 o 40 años y hacia matemáticas por diversión. Hasta hacía los deberes, trabajos y estudiaba para exámenes que me importaban una mierda. Que tiempos. Que modélico. Que asco.

Esta es una serie de artículos que cuentan mis andanzas por los diversos centros especializados en detectar y destruir creatividad y talento durante la infancia de miles de niños.



Parte I, Como funciona la escuela primaria.

De hecho, del principio de primaria no recuerdo nada más que tomarme el ir a clase como un juego con el que competir con otros niños y sacar puntuaciones altas. Y si sigo siendo tremendamente competitivo, antes lo era el doble. Pon un chico curioso delante de un sistema reglado de puntuación que le interese minimamente y espera a que vaya a por la puntuación mas alta.

Pero algo más crudo y dantesco pasa cuando las típicas profesoras buenazas acabadas de salir del instituto y que se meten a esto no por tener talento alguno sino porque “le gustan los niños”. De pronto empiezan las calificaciones. Los buenos y malos comportamientos. Y las tendencias en los niños. ¿Nadie se ha percatado de la casualidad de que las notas sean casi siempre muy homogéneas? Quien saca notables saca notables en casi todo, quien saca aprobados, saca aprobados en casi todo. Son más tendencias que realmente “niveles de conocimiento”, que es lo que se supone que deben medir las superimparciales calificaciones.

¿Cómo se forman esas tendencias? Pues muy fácil, de alguna manera en la mente del profesor uno va adoptando diferentes roles. Y así como yo era el que se suponía que era listo, había los que se suponían que eran tontos. Y una vez en la mente de la profesora inútil de turno, se nota en su comportamiento, y en sus notas, y en todo. No digo que sea necesariamente un proceso consciente, digo que surgen diferencias entre los niños que nos apresamos en catalogar y clasificar, con números y notecillas al borde del cuaderno, cuando la realidad es mucho más compleja. En algún momento se nos fue la cabeza al asociar inteligencia a un numero de ese cuaderno de notas. ¿Que coño dice ese numero de ti? Nada, tu grado de obediencia como mucho.

Así, los niños también entran es sus roles. Los talentos e intereses no importan una mierda, te vamos a decir si vales o no a los 8 años por si sabes escribir correctamente un jodido dictado. O por si sabes las suficientes matemáticas. ¿Quien coño ha decido que eso lo importante en tu vida? Nadie, simplemente les parece solido, es mas fácil puntuar un dictado o una suma que, por ejemplo, valorar la creatividad. Aceptas tu rol igual que casillas el lugar de suplente. Lentamente, te vas haciendo a la idea de cuál es tu sitio.


                                         



 Y luego, se supone que se empiezan a poner las cosas serias. Es quinto de primaria y se supone que deben prepararte porque primero de ESO es durísimo.

Yo sigo con lo mío, se supone que es lo que debo hacer. Se supone que debo sacar buenas notas. Sin pararme a pensar para que sirven. Realmente me interesan algunas de las cosas que hacemos, pero todo se basa en patrones altamente repetitivos: cada año se dan exactamente los mismos temas, algunos los empiezas a dar en primaria y 6 años después sigues dando los ríos de España, que ni me importan ni me acuerdo ni me quiero acordar. Vas a clase, te “explican” dos páginas del libro de texto, luego te hacen subrayar lo importante (rollo el 70%), te hacen copiarlo en una libreta y te mandan a hacer los ejercicios, cuyas respuestas están siempre y literalmente en la parte subrayada.

¿En serio no hay en el mundo otra manera de aprender nada que no sea por repetición? Se hacen exámenes en las que te dan antes la preguntas y respuestas que tú tienes que memorizar, escupir y olvidar en dos días. Los deberes no son para aprender nada ni consolidar conocimiento alguno, son para mantenerte ocupado, que tus padres vean como que haces algo y para poder ver quien hace lo que le digan sin rechistar demasiado.

Eh, pero no os penséis que yo me daba cuenta de nada de eso. Yo intentaba hacer lo mínimo posible, pero no cabía en mi cabeza posibilidad alguna de no sacar mínimo 7 u 8 excelentes por trimestre. De alguna manera a esa edad no tienes muchos objetivos propios, sigues refuerzos positivos y negativos. Tus padres y profesores, acostumbrados a tus resultados, esperan que los mantengas. Tu familia te felicita cuando le dices tus notas. Te alaban si lo consigues y te castigan si no. Refuerzo negativo, refuerzo positivo. Muy sutil todo.

Y ya está. Así sigue hasta que terminas de estudiar.

En serio.

No mejora, nunca.

Solo adopta otras formas, otras caras. Empeora, no solo polariza, hecha gente fuera del sistema. Convence genios de su mediocridad y convierte aduladores en modelos a seguir.

Memorizar, refuerzos positivos, roles en las mente del profesor, obedecer y no salirte de tu papel.

Durante ciertos años es una locura juntar muchos niños en una clase y pretender que todos hagan lo mismo al mismo tiempo. De hecho es una enorme tontería el no dejar que hagan lo que les plazca y motive. Pero como se empeñan en que aprendamos a leer y hacer sumas antes de que a pensar, la clave para que los niños te hagan caso es tener la clase controlada. No buscan que los escuchen activamente, solo que se detecte el profesor como autoridad y este cree que está tendiendo éxito al enseñar si todo el mundo está sentado haciendo como que le escucha. Pero de hecho es muy normal. El profesor la mayoria de los casos no es un demonio, solo alguien bastante mediocre con un ego que alimentar. Eres un recién salido de la carrera con un par de ideas absurdas sobre lo que le debes enseñar a los niños, pero lo que te encuentras es una clase de 20 personitas a las que le importas una mierda. ¿Cómo van a saber quién está aprendiendo nada? La clave para que el profesor sienta que está haciendo su papel es hacer lo que le hicieron a él cuando era pequeño; controlar. Algunos gritan, otros castigan, otros cuentan cosas interesantes, otros dejan estar el temario para hacer tonterías, otros humillan, otros intimidan, otros dan una cantidad de faena exagerada para sentir que están haciendo que trabajas muy duro. ¿Os va sonando? ¿Vais asociando comportamientos a caras de profesores? Yo los he tenido todos.


                                  


Pacíficamente y mientras piensas en otras cosas que te importan bastante más, van guiando tu forma de comportarte en sociedad. No un señor malvado dirigiendo el mundo. Las propias personas que quieren lo mejor para ti, se supone, en un intento inconsciente de salvar su ego.

Y no estoy siendo exagerado, ni tengo ningún trauma infantil con mis profesores, ni creo haber ido a escuelas e institutos especialmente malos, simplemente uno acaba viendo en perspectiva y se da cuenta del impacto que tienen esas sutilezas, ese marco de pensamiento, en la vida. Son efectos secundarios que tienen los sistemas educativos fragmentados y creados mas por apaños para enjaular mas alumnos por aula por ideologías absurdas de comportamiento social. Aceptar ese modo de enseñanza y ese modo de vida como el único bueno, negar que nos marque de por vida, aceptar la autoridad de una persona que esta pues allí por causas externas, asociar buenas notas a buena inteligencia y aceptar y callar porque lo dice el profesor, son los primeros signos de que vas a ser alguien especialmente mediocre en el rebaño formado por nuestro sistema educativo. Quizás lo suficiente como para ser profesor.

Es curioso que en los países que teóricamente son democráticos, se enseñe a los niños dentro de un sistema altamente autoritario y fascista. Uno acaba aceptando que hay gente por encima de ti. Y no porque el profesor sepa más, que quizás sí, sino porque tiene el título de profesor.

Y lo siento, si no lo habías pensado nunca, quizás es demasiado tarde ya.

Elaborado ensayo sobre el arte y la creatividad

Esta es una respuesta a la entrada publicada por Cristian anteriormente.


Todas las opiniones vertidas aquí son verdades científicas universales aunque tu psicólogo no vaya a estar de acuerdo.


                                         


La música no solo existe para ser contemplada. No somos cortesanos esperando nuestra dosis de ruido. La música existe para ser hecha, para ser vivida, para expresar algo que ya forma parte de nosotros.

Si existe magia en este mundo, las canciones son hechizos.

Una canción puede transmitir un estado de ánimo, momento, sensación, pensamiento, pero no es ninguna de estas cosas ni tampoco su objetivo primario. El artista no piensa: voy a hacer sentir triste a quien escuche esto. El artista se imbuye en un estado de tristeza y lo expresa. No tiene objetivo concreto, y por muy inspiradora que sea inspirar no significa que inspirar sea su objetivo. De aquí entiendo que mucha gente, al no poder describir lo que la música es/significa/transmite (pues pocas veces es algo tan concreto que pueda ser contado con palabras) piense que no es de este mundo, de esta tierra, de esta dimensión, de este plano de existencia. El lugar concreto da lo mismo, lo importante es no admitir que las luces inesperadas en el cielo son en realidad bastante frecuentes, lo importante es no admitir que pueda salir música mágica capaz de llegarte a lo más hondo donde también salen las palabras de mentira, opresión y miedo que nos hieren. Pero las personas somos así.

La música que sale de nuestra mente es extraordinaria porque nosotros lo somos, no porque dioses la hayan puesto ahí.

El paso de adorar la música al de hacer música es una liberación. Es como cuando ves un héroe de infancia y compruebas que también puede sangrar. Caen mitos y también caen barreras. Comprendes que tu podrías ser él. No existe una diferencia tan grande entre ese genio y tú cantando en la ducha. Mayores ídolos se crean y caen con menos.


                                        



Lo que cambia es la predisposición.

Hay que imprimir en tu mente la idea de que produces cosas de valor. Hay que estar dispuesto a apuntarlo, tocarlo, pintarlo cuando esa abrumadora idea y necesidad de comunicarla se presente.

¿Cuándo es ese momento? ¿Cuándo creamos cosas dignas de ser vistas? Cuando es realmente intenso, puro y cristalino en tu mente. No hay conexión con el mas allá ni con un hipotético 90% dormido de tu mente. No hay mundo de las ideas, tu mascota no se ha ido al cielo de los perros y los reyes magos murieron de sífilis hace muuucho tiempo.

¿Qué es lo que pasa? Que nuestra mente normalmente es un desastre armonioso caótico. Una sinfonía a partes, troceada, dictada por un inconsciente, modelada con la experiencia de tus decisiones, distorsionada por los sentimientos a medio reprimir. El escribir, el pintar, el crear te obliga a lentamente ordenar cosas, o simplemente airearlas. No entiendes lo que ocurre en tu propia mente pero va cobrando un "sentido". Como si siempre hubiese estado "ahí". Se corresponde con algo cristalino que había en el fondo y lo sabes. Como si unas cuantas notas aparentemente aleatorias estuvieran en posesión de la verdad absoluta.

Escuchas la canción, no entiendes la letra, no has visto nunca una guitarra ni sabes la diferencia entre cadencia y ritmo, y, pese a todo, lo sabes. Sabes de lo que habla. Lo sabes tan bien que parece que la canción se haya escrito expresamente para ti. La letra puede ser de power metal si quiere, que algo, el compás, el ritmo, la melodía, la mezcla abstracta de sinfonía y timbre de voz conecta con tu también abstracto sistema receptivo neuronal.


                                           



Una inteligencia extraterrestre podría comprender más de nuestra mente monitorizando el mejunje de reacciones inconscientes que tenemos escuchando música que si leyera todos los libros que nos dan en el instituto.

Igualmente, la música consigue proyectar una parte de nuestra mente de una forma tan sublime que es un halago que se le considere de otro mundo. Obviamente es casi pero no decir totalmente imposible que nuestra consciencia semiracional (ya he hablado de ello) comprenda algo tan complejo.

No es tarea de la mente consciente; una mente enferma, incapaz de construir recuerdos, de mantener un estado mental coherente o de simplemente expresarse con claridad y valentía puede ser en realidad una mente creadora prodigiosa, brillante como un diamante loco.

Roky Erickson tuvo una infancia difícil, solía refugiarse en casa a escuchar música altísima como único método para acallar las voces que sentía en su cabeza.


                                         

Resumidamente, era el cantante de 13th Floors, padres del rock psicodélico, y entre viaje de ácido y viaje de ácido le detuvieron por fumarse un porro y un abogado le recomendó declararse enfermo mental para evitar la cárcel.

Allí, entre periplos legales y demás mierda, le elecrochutearon el cerebro tantas veces que no podía tener recuerdos duraderos, hacer nada con un mínimo de sentido ni mantener una conversación.

Enviaría años más tarde una declaración jurada al gobierno declarando ser un extraterrestre un fantasma y un vampiro todo escrito perfectamente y muy formal.

Pero aun podía hacer música. Pues, pese a haber perdido el raciocinio consciente, su mente seguía expresándose y componiendo canciones, expresando emociones que su mente maltrecha ya no podía siquiera concebir.

Vas a poder crear cojo, ciego, medio tuerto medio muerto, con las neuronas fritas, loco de rabia de pena tengas la voz de Freddie Mercury o tengas la voz que solo se atreve a salir en la ducha. Pero no intentes creer que las cosas maravillosas no pueden ser creadas por el hombre, hecho, pese a su complejidad, de simples materiales de entre el cielo y la tierra.



                                         


Escuchad este ultimo vídeo, no os vais a arrepentir.