El Verano del Amor y el 15M en Sant Feliu de Guíxols

Como de costumbre por estos lares, esto es todo ficción, así que toda imprecisión histórica u ofensa personal que pueda cometer carece de fundamento pues no estoy hablando de personas reales.



Es el año 1967, estamos en San Francisco, naciente capital de la música mundial, rayos de luz entre los edificios y tiaras de flores gobernaban el espíritu de la que sería la contracultura hippie en Estados Unidos. Los Beatles se metían ácido, The Doors sacaba su primer disco, Jefferson Airplane cantaba Somebody to Love, empezaban a sonar Jimi Hendrix, Pink Floyd y Janis Joplin en las radios. Un concierto con 200.000 personas y una canción remataron la faena. El principio de la letra es como una tímida invitación. Un amable:

Si quieres, puedes venir con nosotros.







Ok, la vida por la que nos dejamos llevar y que hace que todo nos parezca bien si lo hace todo el mundo nos está llevando a cosas de las que no quiero formar parte. Yo no quiero ir a matar gente a Vietnam. Yo no quiero la vida de mis padres, constantemente preocupados por las apariencias, odiando a los diferentes. Yo no quiero trabajar 8 horas en una fábrica para comprar cosas que no necesito realmente. Nosotros nos bajamos y vamos a montar nuestra propia cultura, pero no como adolescentes incomprendidos, sino como adolescentes ingenuos. ¡Con flores! ¡Y con música!


For those who come to San Francisco
Be sure to wear some flowers in your hair
If you come to San Francisco
Summertime will be a love-in there


En realidad nada tiene que ver con un: "vamos a construir tal cosa". En realidad uno se contamina poco a poco de ese tipo de cosas, son procesos positivos, constructivos, de los que te seducen sutilmente y cuando te das cuenta estás completamente atrapado. Este, además estaba muy marcado por la sensación de libertad, de empatía, y de ingenuo estar cambiando el mundo. Cuando empieza un movimiento así, se retroalimenta. Te vas envolviendo cada vez más y más... A nadie le pareció nada raro que, al fin y al cabo, el movimiento basado en el amor fuese muy parecido al amor en sí. 


Así empezó el primer movimiento de la historia de la humanidad basado en el amor al prójimo que no acabó con un baño de sangre de proporciones bíblicas, y a ese verano precedido de flores y despertar colectivo lo llamaron El Verano del Amor.






Pues así son más o menos todos los movimientos en fase creciente. Procesos retroalimentados y constructivos. ¿Sabéis lo poderoso que es un proceso retroalimentado? Un proceso positivo o retroalimentado es todo aquel que mejora a cada momento que avanzas y vas recibiendo feedback instantáneo, como entrenar un equipo pokémon o jugar un MMRPG. Cada nivel subes de características y vas recibiendo recompensas pequeñas además de que a cada nivel que subes, más rápidamente aumentas tus atributos, que te permite pasar más pantallas, donde consigues objetos más buenos con los que subir de nivel más rápido. Cuando te quieres dar cuenta estás inmerso en tu pequeño mundo con sus propias normas y propios objetivos virtuales. Hasta que deja de serlo.

Esta es la historia de un proceso constructivo, de un despertar que removió mi vida igual que el 67 removió el de tanta gente. Esta es la historia del 15M, de cómo empezó todo, de lo que significó y de cómo el verano que empezó el 15 de mayo también empezó lo que sería mi propio y particular Verano del Amor. 



Siempre he querido usar esta foto para algo.


Un día te despiertas y eres un chaval convencido de que en el mundo hay muchas cosas que no funcionan nada pese a que se intente enmascarar. Te has acostumbrado a vivir con ello en una aprendida indiferencia, con la misma que sobrellevas tu vida, que ya tiene suficiente en que ocuparse de otras cosas como el estar perdiendo el tiempo 8 horas al día en un instituto o de cómo te saludado por MSN la chica que te gusta. Tu horizonte del mundo parece bastante reducido pero a la práctica lees noticias a diario y has dejado de mirar los informativos "oficiales" hace tiempo porque te has dado cuenta de lo parciales que son. Como el inexorable peso del mundo aún no ha aplastado tu espíritu y eres un potente idealista, seguramente vas a tener en tu mente un modelo de funcionamiento de "como debería" ser la sociedad. Y como no, te dejas seducir lentamente con la idea de cambiar el mundo.

Podría simplemente decir que explotó el 15M y me uní a él, pero no sería verdad. Yo llevaba tiempo ya por esos derroteros, yo estaba cuando nació DemocraciaRealYa, yo estaba cuando lo de Wikileaks, yo disfrutaba leyendo en la prensa sobre lo ocurrido en los premios de los Goya viendo como nadie entendía nada y nada se veía aun de la que se avecinaba. Yo estaba, normalmente en forma pasiva, observando, leyendo, informándome; y otras cuando la actividad era más intensa rodeado de tres ordenadores a las 4 de la mañana, con 4chan en uno, el IRC en otro, Facebook en el tercero y los tres "I'M A' FIRIN' MAH LAZER" como diríamos entre amigos o haciendo un DDoS  si no me entendéis a alguna página de algún gobierno preprimavera árabe. Formaba parte de ello. Pero esos momentos eran de ensayo, de iluminación repentina e inesperada; que me duraban una noche al principio y que como mucho me llevaban a estar una semana sin dormir mucho por las noches y culminaban, por ejemplo, una Paperstorm en mi pueblo.



Los de la biblioteca fliparon cuando vieron lo que estábamos imprimiendo.


Junté unos 7 o 8 colegas, imprimimos diferentes folletos de Anonymous y llenamos el pueblo de ellos en cada bar, coche, centro social, o escaparate que encontramos. Unos 600 en total. Incluso nos colamos en mi instituto para colgar unos que estuvieron ahí semanas. Al amanecer nadie se enteró de nada y el mundo no cambió un ápice, o eso pareció; pero la revolución va por dentro, y encontrarse un folleto de esos; donde menos te lo esperarías era un pequeño y personal aviso de que no solo existíamos en Internet. Expect Us. Un par de personas me lo comentaron y me encantó la cara que ponía la gente si les decía que habíamos sido nosotros. Estábamos vivos, no estábamos solos, y no solo dábamos likes en Facebook. Igual que lo que pensaron los hippies en el 67, cambiar el mundo era posible. La historia de siempre.


Había una fecha. Era, en sí, una más, de las muchas convocatorias anónimas que se hacían por Internet. Esta tenía la peculiaridad de ser ideológicamente neutra y ponía todo el mundo de acuerdo en unas bases fundamentales; el sistema de gobierno que se nos ha venido como legítimo es un disfraz por X razones, y queremos cambiar eso, no desde los canales habituales de los que ya estamos acostumbrados que pasen totalmente. Nada de partidos. Nada de sindicatos. Ni asociaciones. Vamos a la calle individualmente en nombre de nosotros mismos. Me pregunto cómo se vería desde fuera. El 15 de Mayo yo estaba en casa enganchado a la pantalla de mi ordenador hasta tarde, vi como echaron a palos a un grupo de unas 50 personas que pretendían quedarse sentados durante la noche en Sol, y pensé: la policía acaba de hacer el mayor favor de su historia a la democracia. Sonreí y me fui a dormir.




Los días siguientes fueron un cúmulo increíble de actividad. Si seguías la actualidad (la de verdad, los noticiarios tardaron dos días en enterarse de que algo ocurría, y fue muy divertido cuando se enteraron y empezaron a disparar al aire y gritar a la nubes; para las risas de aquellos que si sabíamos de donde habían salido 20.000 personas en pleno centro de Madrid de un día para otro) te daba la sensación de que el país seguía igual por una mitad de la población que continuaba su vida y la otra mitad se movía a 10 veces la velocidad normal. En una semana florecieron miles de artículos, webs, plataformas, protestas, manifestaciones, portadas, y unos primitivos campamentos en las plazas de las principales ciudades del país. Chicos, ha llegado la primavera.

Esto no es un análisis político-social del movimiento. Es como lo viví yo personalmente. No me voy a embarrancar en inacabables discursos ideológicos de porque el 15M era o no necesario ni de si fue en vano o marcó una generación. Lo único importante es que entendáis de donde veníamos la gente que fuimos parte de esto, que fue un gran despertar, que de un día para otro el mundo parecía haber cambiado y que estábamos en medio del huracán de un movimiento constructivo sin precedentes para nosotros. 

El viernes siguiente, el padre de un amigo nos recogió en la puerta del instituto y nos llevó a Girona, donde acamparíamos con otro amigo (el padre hizo solo las veces de chófer) y pasaríamos ahí un par de noches. Participamos poco, básicamente escuchamos y observamos, hicimos pancartas blasfemando contra Sinde (¿os acordáis de Sinde?) y poca cosa más. Venia gente constantemente a preguntar cosas, a participar, a montar bibliotecas improvisadas, estantes de información, a llevar comida, pizarras, frutas del bosque, ideas, diarios, café caliente por la mañana, etc. Aunque no hiciésemos mucho realmente teníamos bastante faena. El sábado por el mediodía hicimos una comida multitudinaria y yo y otro chico de la acampada vaciamos el Día más cercano de marcas de cerveza barata.


 - Hola, buenos días.
 - Hola, si perdone, ¿tiene más latas de cerveza que las que hay en el estante?
 - Si, en el almacén, ¿cuantas queréis?
 - ¿Cuantas tienes?
 - Unas doscientas
 - ¿Podéis conseguir mas para esta tarde?


Así, conduciendo carros de la compra con doscientas latas de cerveza, colgando pancartas y debatiendo hasta las 5 de la mañana pasamos el fin de semana. Obviamente nadie se conocía de absolutamente nada, pero vivir juntos en algo así aunque sea un tiempo corto crea muchos lazos. Mi hermana también vino y se quedó mucho más tiempo acampando en Girona, donde conoció, como muchos otros, a alguien con quien dormir en alguna romántica furgoneta cerca de la plaza. Ese sábado hicimos una manifestación, recorrimos media Girona con quien se nos quiso unir, gente de grupos de percusión, flashmobs de actores de teatro, música en vivo, y terminamos en otra gran plaza escuchando quien quisiera hablar y cantando a coro canciones de Lluis Llach entre aplausos de los vecinos. 


Plaça del Vi de Girona


El domingo estaba de vuelta en mi pueblo, vi un par de tweets hablando de una acampada en mi pueblo, escuché un par de rumores y sin terminar de creérmelo decidí ir yo mismo a comprobarlo; fuimos, como tantos domingos con los chicos de Ponteeuforico Futbol a jugar en algún patio de una escuela y al terminar, en vez de volver al Montclar como hacíamos siempre, me despedí del grupo y me fui rumbo el Passeig. Mis amigos me siguieron algo a desgana y cuando llegamos ahí, sin conocer a nadie, me separé otra vez de ellos y me senté con unos chicos que habían al lado de una tienda donde empezamos a hablar. Yo tenia 16 años, muchas dudas, y nunca había planeado nada parecido. Chico caucásico, tímido, sin logros importantes ni personalidad fuerte.

Como había estado en la otra acampada sugerí imitar lo que hicieron en Girona al empezar, y pronto me puse bastante al mando pese a ser de los mas jóvenes. Eramos al principio unas 14 personas con unas 3 o 4 tiendas en total. No eramos las típicas personas que te esperas en una acampada ilegal; leíamos cosas por Internet y mayormente nunca antes habíamos participado en ningún acto político; llevábamos sillas de nuestra casa y improvisábamos asambleas en medio del paseo, recogíamos la basura, montamos mesas, pancartas, estantes, toldos; fuimos a hablar con asociaciones, con gente en los bares, a buscar firmas, hicimos plataformas online, lo compaginábamos como podíamos con nuestra vida diaria, pues nos pasábamos ahí un montón de horas al día. Una chica se colaba en un despacho de las oficinas donde trabajaba para imprimir folletos. Era una sensación muy extraña. Dormir en tiendas en medio de la plaza del pueblo donde has vivido siempre, nos despertábamos y veíamos a la gente pasar haciendo sus cosas; nosotros vivíamos en otra dimensión. 


Primer día de la acampada.


Hacíamos sesiones de vídeos sobre el movimiento por la noche, actividades, íbamos a hablar en programas de radio entre semana, venia gente a hacer pequeñas conferencias, escribíamos ensayos. Organicé conciertos llamando a grupos de por ahí cerca que estuvieran dispuestos a ayudarnos (¿como coño organicé un concierto yo?), nos pusimos en contacto con gente de otras acampadas para establecer un consenso a la vez que seguíamos las principales también por la prensa; que tenia miga: disturbios en Barcelona, mas de 150 acampadas por todo el país, etc. 


Primera foto de Random Local Guys. Radio de Sant Feliu un martes a medianoche. 2011. Foto de Archivo.

Íbamos por el instituto entre clases a repartir panfletos a alumnos, a los profesores y a todo el que tuviera ganas de hacer algo. Así conocí o re-conocí gente de mi instituto col la que hablábamos de ello a todas horas por estupor de los otros alumnos y profesores que no entendían nada ¿pero porque estáis acampados? ¿de que partido sois? incluso convertimos una clase de filosofía en un debate sobre el modelo educacional a la que alguien asistió disfrazado de vaca y la profesora acabó viniendo a la asamblea, donde había ya en ese momento unas 15 tiendas acampadas. Hicimos una manifestación con más de 60 personas por el pueblo, donde por alguna razón terminé con el megáfono seguido por toda la multitud; acabé, también por alguna razón, leyendo yo los manifiestos, redirigiendo gente hacia la asamblea y hablando entre los conciertos al público. En cosa de dos semanas pasé de seguir noticias por Internet desde mi casa, nunca haber hecho nada cara el público a convertirme en lo más parecido que había sido nunca a un líder.

Alguien se fijó en mi.




No hay comentarios:

Publicar un comentario