Sobre la fiesta de carnaval


Como todos sabréis, este último carnaval celebramos una fiesta Cristian, Borja y yo, privada en casa de Cristian. Éramos simplemente nosotros con algunas guitarras, disfrazados y con aire relajado y distendido como podéis ver en las imágenes.




Pero, contrarios a los hechos, se desataron algunos rumores completamente infundados sobre una supuesta fiesta de Random Local Guys en el Montclar, alimentados por un evento-parodia creado en el Facebook, algunos tweet, este post en el mismo blog, condones y latas de cerveza encontrados en el mismo Montclar y falsos recuerdos implantados por los iluminati en las más de cien personas que pasaron por la fiesta; con la firme intención de manchar el buen nombre de RLG debido a nuestro continuo desafío al nuevo orden mundial.

Pues bien, a raíz de los no hechos, alguna gente se empezó a cabrear bastante con la idea de que alguien se lo pasara bien en una zona de la ciudad sin autorización para ello. Al parecer, no hay ningún problema con cientos de jóvenes en el pabellón hasta las cuatro de la mañana cada carnaval, con una media de cuatro comas etílicos de menores por edición, pero si una suave nota musical de una fiesta celebrada a unos cien metros de dicho pabellón llega a los oídos de algún vecino que considera su prioridad en esta vida quejarse al ayuntamiento por ruido (inexistente) y latas de cerveza pues la hemos liado. 

Todos sabemos cómo es Sant Feliu, lo podemos comprobar una y otra vez; la TZVR sin local durante años y años, el alcalde chapando las barracas de un pueblo de veinte mil habitantes a las dos y media de la mañana, la policía chapando conciertos en salas insonorizadas, el local de L'Atzavara chapando música a las doce de la noche (a la una si hay festi) porque hay un edificio de turistas pijos a trescientos metros. Pueblo de turismo rancio, población envejecida, viejos, mascachapas, canis y cultura institucional; pues pese al problema del ayuntamiento con nuestra música, financian un anfiteatro, un puerto deportivo y el Festival de la Porta Ferrada cada año, porque claro, eso sí que tiene nombre internacional, aunque luego quien lo lleve sean un grupo de voluntarios.




Poco después de carnaval, llegaron a nuestros oídos varios hechos. El primero, es que la junta del Montclar después de escrutar un Montclar mucho más limpio de lo que esta normalmente, encontró ligeros indicios después de una ardua investigación de que alguien podría haber pasado por allí durante la noche de carnaval.

He estado en el Montclar muchos años hasta que nos echaron a mí y a un amigo por cabezas de turco de algo mayor, y se de buena gana que fiestas, conciertos y eventos de todo tipo en el Montclar se han hecho y se siguen haciendo sin que ocurra nunca nada. Pero esta vez, los rumores no hablaban de una fiesta de amigos, en vez de unos amigotes, el problema fue que los amigotes estaban organizados en algo llamado Random Local Guys. El hecho diferencial, la organización. ¿Que unos chavales hacen algo que consideramos malo? No pasa nada, chiquilladas. Que esos chavales están organizados implica que hay una idea, una ideología detrás, y eso si es un problema.

Raudos y veloces, en el Montclar convocaron una junta de urgencia de todas las asociaciones que lo forman, unas diez o doce, representando un total de más de mil afiliados, en la que en otro titánico trabajo de investigación llegaron al post del que os hablaba al principio del artículo. Como es costumbre en la gente mayor, al leer aquello, hiperventilaron de la misma forma que mi madre hiperventiló el verano pasado al enterarse que me follaba a las chicas que venían a dormir conmigo en casa. La primera noticia que nos llegó, es que habían echado a la presidenta pese a no tener nada que ver y a Batman, noticia que luego se desmintió. Nos empezaron a llegar llamadas de todas partes e hicimos un cierre cautelar y temporal de Random local Guys en su totalidad.




Resultó, que además de la junta del Montclar, alguien del ayuntamiento también había visto el blog. Según pudimos saber, se habló de ello en alguna reunión y se plantearon echar al Montclar (asociación) del C.E.Montclar (el centro, anteriormente de un obispo y actualmente del ayuntamiento). Obviamente, nos echaron la culpa inmediatamente de que el Montclar lleve en decadencia décadas y aprovecharon la ocasión para intentar hacer fuera a la asociación del sitio, para así acabar con esa molesta actividad en el centro del pueblo como es el campeonato de ping pong anual, el casal de verano o representaciones teatrales cada seis meses.

Finalmente, no echaron a la asociación que tiempo antes me había expulsado a mí del propio local, cambiaron hasta la cerradura para asegurarse de que nada parecido volvería a ocurrir, estrategia que les viene funcionando muy bien las últimas cinco veces que la han empleado; así que respire muy aliviado al saber que les iba como siempre.




Más que las propias consecuencias, hemos sentado un ligero precedente; ahora nos conocen. Queridos lectores, somos la contracultura. ¡Viva la contracultura! Que no os sorprenda el día en que vayáis al instituto de Sant Elm o al Sant Feliu, mi querido instituto del que hablo en la deseducación, y os advierten de que somos malos malísimos y de que os alejéis de nuestra figura. 

Si os parece una exageración, quizás os interese saber que fuentes anónimas nos han contado que en el IES Sant Feliu, en una junta de profesores hablaron de la presunta fiesta de carnaval y de RLG, para intentar averiguar quiénes éramos (arduo trabajo de investigación) y que alumnos habían ido a la fiesta. Ahí es nada.

Para conmemorar el éxito de la no fiesta de carnaval, dar la bienvenida al verano y celebrar el cumpleaños de Tipazo (yo) vamos a celebrar en breves una nueva fiesta, de la que podéis conocer más si visitáis el post o vais directamente al evento en Facebook. Esta fiesta, naturalmente, no va a ser como los rumores apuntan que fue la otra, pero aún así tenemos esperanzas de que sea grandiosa.




Que la fuerza os acompañe.

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