The Secret Society en Barcelona




ya no quedan reports de conciertos. no como los de antes. ir a algún concierto y tener tu pensamiento de mierdecilla de ahora mi vida va a cambiar me provoca repulsión; es una imagen que podría describir con la voz de cuando lees algo y quieres que suene ridículo, absurdo y pretenciosamente evocador. yo para conseguir esa voz uso la voz de una chica de mi clase del instituto queriendo parecer constructiva y ejemplar delante de los profesores, poniendo la voz que cree que los otros quieren oír. con las imágenes me imagino algún otro imbécil de instituto en la misma situación: si en mi imaginación susodicho desgraciado consigue estar totalmente desubicado con la situación y quiere irse de ahí, entonces estoy dentro. pero si consigo una versión en la que se pone transcendente o romántico o todo lo que huela a idealismo, entonces la imagen me provoca escalofríos y soy yo el que se quiere ir.

imagínate al imbécil de tu clase de segundo de eso al que se le ha ocurrido que en realidad esta conectado al cosmos durante un concierto de pink floyd y dime que no pegarías fuego al estadio.

pero eso ya nada tiene que ver con secret society.

también había otra época, o quizás era la misma. en la que íbamos a conciertos y eran la gran aventura. porque no es solo era el concierto, es ir, es quedarte colgao, es planificarlo y rendir culto a la música gastando dos días de tu vida en ver sesenta minutos de algo que se oye mejor en casa pero ha sido todo un viaje que es el propio destino y esas mierdas. pero ya no tengo ganas de eso. no tengo ni idea de porque voy a conciertos excepto que de hecho no voy. la verdad, si iba a este era porque ir era mejor que no haber ido. mejor dicho, ir era mejor que no ir y pensar que tendría que haber ido. ojala nadie me lo hubiese dicho, ojala no hubiese mencionado nunca este grupo a nadie y no hubiese salido nunca una sola nota de mi oscura habitación y privado placer personal.

que perversión compartir algo con un pedazo de humanidad es realmente. quizás lo aprecio si voy colocado de mdma pero el resto del tiempo puede parecer algo desde completamente normal hasta enfermizo; como compartir prostituta. como si en otro mundo la posesión de la música, la identificación de lo que llamáis alma fuese algo tan privado que una sala llena de gente sintiéndose profunda e identificada con unas mismas letras y acordes fuese en sí mismo como una orgía sucia llena de tíos gordos y peludos. 

pero es que claro la energía del directo y ahí son realmente como son y los tienes delante.

(largo sorbo de café)

este concierto no fue una aventura, fue una deslocalización. 

¿me entiendes? del estilo que te encuentras en un sueño meando en una fuente de tu colegio que no recuerdas que exista, llevando tu mejor pijama y rodeado de gente; oye, yo normalmente no hago esto aquí, esto es raro por alguna razón que se me escapa. echadle imaginación y me entenderéis. 

ya no colecciono cosas impresionantes o interesantes que he hecho por eso no me interesan las aventuras. los eventos colaterales de conciertos como estar en una ciudad nueva, hacer un simpa, tomarte algo, improvisar sitio donde dormir, estropear una lavadora, perderte, conocer gente interesante y todo eso ya no me interesan una vez hechas; las hago si me viene bien pero ya no me interesan ni son una imagen poderosa ni un icono de nuestro particular y decadente estilo de vida como justificaba antes.

si vivo con la voz interior como si estuviera permanentemente recogiendo material para escribir luego o para contar aunque sea solo a mí mismo, entonces tengo material para escribir y vivo más intensamente. si apago esta voz y a la vez esta necesidad, aprecio la pureza de las cosas al no tener que servir de material y solo ser por sí mismas, entonces no escribo y vivo sin hacer nada a lo que no me vea obligado y todo me da igual pero evito tenerme que tirar por un puente. el ying y el yang de mi decadencia como escritor, supongo.

pero no importa si las razones para que me de igual algo son buenas o malas, simplemente me da muy igual, quizás pero eso no hay reports de conciertos ni conciertos en sí. y no contento con que me de igual también decido que me da igual todo esto; hasta que llega el momento en que no sé si me da igual porque lo he escogido o lo he escogido así porque me siento más cómodo aparentando un cierto control. y es que me quejo de todo para alguien que le da todo igual. como dice un señor que escribe en un blog de por aquí, si al menos pudiese renegar, también, de mi propia indiferencia.

continuamos desvariando

creo que hace años que no voy a un concierto, y eso es muy decir porque se supone que soy alguien que iba a conciertos y tengo veintiún años; si se supone que soy alguien que va a conciertos, y está en edad y con pasta para ir a conciertos, resulta algo absurdo que no vaya. igual voy y ni me doy cuenta, eso estaría bien. aunque me acordase luego si a alguno tenía que ir era a este, he escuchado casi exclusivamente este grupo en todo el invierno, se supone que se habían disuelto, no son de aquí, es barato, es reducido y no los conoce casi nadie entre la gente que te cuenta que escucha grupos que no conoce casi nadie; es el plan perfecto.

con un único fallo, que en realidad no quería ir. y a día de hoy sigo queriendo no ir.

el tema de la voluntad es más complejo de lo que parece así que semanas de planificación después compramos las entradas por internet y unas horas de tren más tarde estaba en una terraza al lado de apolo con una cerveza en la mano planteándome no entrar a la sala y haber pagado y haber hecho el viaje a barcelona para nada. esa es una idea tan absurda que me sedujo, no absurda del estilo de eh esta noche vamos a tope y que boig estas sino absurda del rollo hijo tienes algún problema. y esa idea me gustó aún más, me puso de tan buen humor que me dio por ir al concierto. o quizás estaba asustado de entrar y no sentir nada.

tocaron bien, aunque los músicos, que no el cantante, parecía que casi se querían ir del escenario. no tocaron ni la mitad de lo que me gustaría que hubiesen tocado, pero no me sentí decepcionado. no tocaron casi nada de los dos primeros discos, hasta tuvieron la osadía de no tocar la leyenda del tiempo. pese a ello coreé algunas letras, a veces en voz alta. y no es que me de vergüenza ni que no me las supiera; me las sabia todas pero el pecho me oprimía la voz. no me sentía libre. ni emocionado, la presión de estar escuchado, de tener en la realidad aquella gente me lo impedía, como si cupiese la posibilidad que después de todo secret society no fuese un grupo de verdad y todo estuviese en mi imaginación, y ahora esa posibilidad se derrumbaba delante mío. durante un momento me volvió ya no como transcendente ni como inspirada sino ya cansada de que no le haga ni puto caso idea de yo debería de estar en el otro lado del escenario. también apareció la clásica todo momento de tu vida te ha traído aquí y la saludé con la mano como a una vieja amiga. creo que tampoco nos quedan revelaciones que recorrer. solo las mismas de siempre, pero en diferente combinación.

leyendo hasta aquí quizás os habéis hecho una idea equivocada de como valoro esa noche. la noche fue perfecta. o como mínimo, la más perfecta que podía llegar a imaginar cuando salí de casa.

pues aparté un par de hipsters con cámaras de fotos que me tocaban los huevos, escuchamos unos chicos tocar música que me gusta, compré un disco a la chica que venía conmigo a sitios a veces, tomamos unas cervezas en sitios en los que no me apetecía estar, dormimos juntos en casas de otros y nos marchamos de la ciudad al día siguiente a continuar con nuestras vidas como si nada hubiese pasado porque eso es lo que hacemos.

porque eso es lo que hace la gente.

fin





wireless gadgets to ilustrate how good we became
will they be able to store what we love and hate?
will the science be cool enough to manufacture,
the last pill, to avoid us from pain?


7 comentarios:

  1. https://www.youtube.com/watch?v=y8AWFf7EAc4

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  2. "estaba en una terraza al lado de apolo con una cerveza en la mano planteándome no entrar a la sala y haber pagado y haber hecho el viaje a barcelona para nada. esa es una idea tan absurda que me sedujo, no absurda del estilo de eh esta noche vamos a tope y que boig estas sino absurda del rollo hijo tienes algún problema. y esa idea me gustó aún más, me puso de tan buen humor que me dio por ir al concierto"

    M'encanta com sempre trobes la "contradicció", en realitat molt natural, i trenques esquemes. O potser m'he motivat massa llegint, també és possible.

    jrc

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  3. ñe, pero es trencar per trencar; mhe perdut en algun punt de l'autoreferencia, no tinc forces per posarhi resistencia aixi que giro acceleradament. l'ho tipic de si l'energia de l'electro sigues una mica mes gran o mes petita els atoms no serien estables? o del principi d'explosió dels sistemes logics? there i am

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  4. creo que es de lo mejor que he escrito nunca

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