El 15M y el Verano del amor en Sant Feliu de Guíxols

[Primera Parte] El Verano del Amor i el 15M a Sant Feliu

Estamos en Sant Feliu, primavera del 2011. Acampados en medio del paseo. Participando en asambleas de horas, haciendo conciertos, saliendo en las noticias, salvando el mundo y subsistiendo gracias a la comida que nos llevaba la gente que se solidarizaba con nosotros; alguien llevaba café caliente todas las mañanas y un horno cercano croissants para todos. Como no íbamos a llevarnos bien entre nosotros.



Entre la gente de las asambleas, había un grupo de chicos uno o dos años menores que yo pertenecientes en su mayoría a las JERC. Chicos de mi pueblo de quien nunca había oído hablar formaban un grupo de amigos de características muy diferentes a las que yo estaba acostumbrado. Eran chicos y chicas mezclados, de diferentes edades, y mucho más abiertos al mundo que lo que éramos nosotros por aquel entonces. Yo estaba acostumbrado a ir siempre con gente de la misma edad que, todo chicos, que además nos parecíamos mucho entre nosotros; como nos llevábamos muy bien y no nos veíamos para nada reflejados en la mayoría de la gente, una suerte de ostracismo nos llevó a cerrarnos demasiado y hacer siempre lo mismo, despreciar otras actitudes o actividades por sistema y ser siempre la misma gente. 




Me and the boys ain't afraid to raise our voices
But we hardly ever act it is sad but it's a fact,
There is much for us to do, to tear down and build up new,
But we speak from all our heart and that's a start.

En cambio, la acampada era el polo opuesto a la inmovilidad. Aunque me refiera a ellos como gente la JERC, en realidad estaba muy alejado de ser un grupo fijo y cohesionado como éramos en mi grupo de amigos, era toda una serie de gente relacionada entre sí por una u otra razón con, o como lo veía yo desde fuera, con mucho buenrollismo y ganas de hacer cosas. Dentro de la propia acampada como era previsible, al haber un salto generacional importante (y no entiendo por qué), formamos un grupo de menores dentro del movimiento, llevábamos más amigos procedentes de todo el espectro de conocidos que teníamos (aunque no necesariamente entre nuestros mejores amigos) a los conciertos o durante los fines de semana y principalmente éramos unos 10. Pasábamos el día haciendo cosas allí, durmiendo allí, incluso estudiando allí, por lo que terminamos conociéndonos bastante entre nosotros. Algunos hasta íbamos en el mismo instituto pero no nos habíamos dirigido nunca la palabra hasta que, de repente, hablábamos a todas horas. Eso de socializar con extraños no era precisamente uno de mis fuertes en esa época, así que fue extraño tanto para mí como para la gente que me había conocido antes y me veía ahora.

Alguien con quien iba en el mismo instituto pero no nos habíamos dirigido nunca la palabra hasta que, de repente, hablábamos a todas horas.

Una de las chicas de ese grupo de gente de la JERC estuvo siguiendo mis pasos durante la primera semana en la acampada sin yo saberlo.

Tampoco era un hecho con demasiados precedentes como para darme cuenta si os tengo que ser sincero. Por mucho que ahora mi historial y mi fama sean ahora un pelín diferentes, en su momento yo era un chico moderadamente tímido, que intentaba no salir de mi zona de confort y con un número de historias amorosas bastante reducido que podían achacarse además a momentos de suerte o inspiración divina. En realidad las pocas veces que "ligamos" durante nuestra vida con ocasiones en las que, normalmente sin querer, hemos adoptado características de macho alfa; posición ligeramente dominante, nivel social alto, confianza en nosotros mismos y no ser el pagafantas habitual. Hay muchas más características en juego, pero un par de esos momentos en mi juventud bien encajados bastaron para no tener a cero el historial en el momento en que todo esto ocurrió y supe manejarme sin morir en el intento.

Yo, ocupado como estaba con la revolución, no me enteré de nada.

Justamente esas características que menciono son las que, no como casualidad o inspiración sino como despertar, tuve marcadas en la frente las primeras semanas del 15M. No importaba que me llamaran "ministro" por mi manera de hablar a veces que parecía dar discursos en vez de charlar casualmente. No importaba mi disfraz de pollo y tampoco que pese ir al mismo instituto esa persona solo se hubiese fijado en mí pensando "menudo friki". 

Una vez ya estas liado con alguien, los factores importantes pasan a ser otros, pero todo el típico carro de "virtudes" que las chicas asocian a lo que les gusta en un chico son en realidad características a posteriori, es decir, las características que quieren que tenga el chico que les atrae, y dependen más de la persona, pero cuando se trata de la atracción inicial las características son prácticamente comunes a toda la especie y pueden ser explicadas psicología evolucionista mediante. Cuando tienes un marco que funciona, los que aparentan ser frikis al principio y resulta que lo que son es introvertidos pasan a aparentar personalidad y ser introvertidos. A lo bruto lo podríamos compararlo con el hecho de que si un chico feo regala flores es un pesado y si lo hace uno guapo es un romántico. Yo no es que fuera guapo, pero mi marco funcionaba, y cuando me enteré tenía su teléfono escrito con rotulador permanente en el brazo. 

Mis intentos de aplicar la logica formal a las chicas no dieron demasiados frutos en mi adolescencia.


Fue después de toda la historia de las manifestaciones y conciertos. A decir verdad, yo me había fijado unos segundos en ella cuando miramos una pelicula acampados durante la noche. Pero fue solo un instante pues mi atención se dirigía a otras cosas por aquel entonces y aunque hubiese estado mirando con microscopio cada uno de sus movimientos nunca me habría planteado que yo también le había llamado la atención. Tiempo después reconoció que había estado siguiendo mis pasos desde prácticamente el principio de todo. Los días pasaban y cada vez encontrábamos, no sé si consciente o inconscientemente, más cosas que montar o hablar juntos. Me la encontraba a veces en momentos inesperados o cortando alguna conversación que tuviese con alguna otra chica de la acampada. Pasábamos ahí todo el día y cuando no, acordábamos cuando volveríamos a bajar. Durante un par de días, cuando empecé a sospechar algo, hasta me plantee hacer algo al respecto, pero la chica tenia novio y a veces lanzaba mensajes altamente contradictorios, así que ignore la situación, la ignore ligeramente a ella, pasé tiempo con otra chica de la acampada y seguí en mi papel de mini líder. Hasta un día.

Esa noche el Barça jugaba la final de la Champions contra el Manchester.

Estábamos unos cuantos del movimiento en el teatro del Montclar viendo la final, chica incluida. Durante el partido sucedieron varias cosas. Ignoré la chica dando pequeñas muestras de afecto para observar sus reacciones lo mejor que pude. Marcó el Manchester, la chica reaccionó y vi claramente lo que estaba ocurriendo por primera vez con toda la situación, abrí los ojos a lo que en ese momento me pareció algo obvio y lleno de causalidades y momentos antes era un galimatías sin nada en claro. Analicé rápidamente la situación, asombrado con todo lo que estaba ocurriendo, otra chica también del movimiento me pasó un papelito de escondidas de la primera que después descubrí que contenía su número de teléfono. Marcó el Barça, un amigo que conocí también en el 15M me sacó al patio para decirme muy seriamente que a que esperaba para liarme con la chica del párrafo anterior, volvió a marcar el Barça, estuve hablando con él y le dije, armado con un desconocido valor y en una voz que no reconocía como mía que no preocupase, que sabía perfectamente que debía hacer (no lo sabía realmente, pero tenía una sensación de confianza en mí mismo desbordante), marco otra vez el Barça, la chica se cansó de intentar atraer la atención que le negaba, acabó el partido, le dije algo que no recuerdo con esa voz desconocida y la besé durante el pitido final. Fue una buena noche. Mystery se hubiese sacado el sombrero y las gafas de buzo si me hubiese visto.


Villa, eres un jodido genio.

El movimiento siguió unas semanas más, montamos más conciertos, recogimos miles de firmas, hablamos con gente muy interesante, alguien nos dedicó una canción a la chica y a mí, hablamos con gente que decía que se podía alimentar absorbiendo minerales del suelo con los pies y energía del sol con los ojos. Menos exagerado que esto había mucha gente con tendencia a creer en conspiraciones y pseudociencias, yo me apartaba cuando alguien empezaba a hablar de energías o del HAARP hasta el punto de ponerme borde un par de veces, pero era el único problema que teníamos, superábamos problemas y contratiempos que más adelante nos hubiesen supuesto abismos insalvables. 

Pase los exámenes de bachillerato, despertándome delante del mar y bañándome solo a la primera hora de la mañana, me secaba, releía los apuntes y subía al instituto. La gente que iba al otro instituto cruzaba por delante del campamento y nos veía a nosotros despertarnos en medio del paseo. Imagino a la gente yendo a los mismos exámenes que yo despertándose a las 6 de la mañana y estudiando frenéticamente y no me sorprende nada que yo pasara de curso y ellos no. Vino gente de otra acampada e hicimos una paella inmensa. Nos cancelaron nuestra manifestación disfrazada y nos hicieron descolgar algún cartel porque ponía spanishrevolution, pero daba igual. Seguíamos con una energía imparable, en nuestro proceso constructivo, creando cosas y alimentándonos del feedback que íbamos recibiendo, literalmente, porque la comida nos la llevaba la gente.





En momentos puntuales de decaída de ánimo, algo ocurría siempre que nos volvía a encender, de cualquier sitio sacábamos fuerza y recordábamos lo que estábamos haciendo. Alguien respondiendo a un cartel de "toca la bocina si estas indignado", alguien desconocido viniendo, colgando un poster de Bob Dylan "The Times they are a-Changing". Una brisa de aire fresco era suficiente. Pero no eternamente.




Come senators, congressmen
Please heed the call
Don't stand in the doorway
Don't block up the hall

For he that gets hurt
Will be he who has stalled
There's a battle outside
And it is ragin'.
It'll soon shake your windows
And rattle your walls
For the times they are a-changin'.

Come mothers and fathers
Throughout the land
And don't criticize
What you can't understand

Your sons and your daughters
Are beyond your command
Your old road is
Rapidly agin'.
Please get out of the new one
If you can't lend your hand
For the times they are a-changin'.


Pero no todos los procesos "positivos" como los llamo yo, producen necesariamente nada positivo ni son tan inofensivos como subir un Pokémon de nivel. Hoy en día tenemos el proceso positivo del independentismo cada día en nuestros diarios, televisores y blogs. No tengo ni idea de cómo lo vive la gente de fuera de España ni la gente que esté abiertamente en contra. Ahora, y más aun hace un año, aunque no fueras directamente independentista ni te interesase la política hasta te dejabas llevar de la ilusión y ganas que le ponía la gente, como en una bola de nieve; un día de constituye la asamblea nacional catalana, la otra se corea independencia en el Camp Nou, otro Jordi Puyol dice que ahora es independentista, otra ERC sube escaños como la espuma y otra semana hay una manifestación de rollo un millón de personas en Barcelona, se empiezan a sentir canticos catalanes hasta en la discoteca del pueblo y la gente deja las banderas colgadas en los balcones, ahora lo normal es ser-lo. Los que están en contra cumplen estereotipos con brutal precisión, y toda crítica parece poder ser sofocada con un par de eslóganes decimonónicos. 


En cambio, durante unos años, cuando las cosas iban "bien" en España el independentismo parecía ir retrocediendo en sus núcleos; la gente de fuera identificarse más con la identidad española o con ninguna en absoluta y ERC perdiendo escaños a mansalva mientras se fraccionaba y las críticas venían de los sectores considerados menos extremistas. El independentismo era un proceso "negativo". ¿Qué pasa con los movimientos negativos? Se radicalizan lentamente, hay fracturas internas, escisiones de sus partes, broncas y decisiones absurdas que involucran más el ego de sus participantes que el proceso en sí mismo. La idea se pierde en estas discusiones internas que ya no interesan a la gente que no está inmediatamente metida dentro. Hay tensión, la gente se cansa y se van perdiendo. La idea en sí, no importa demasiado, el proceso es así, solo va a variar la fecha de caducidad.


¡DISIDENTE!

Lo que no sé es si los procesos políticos empiezan a ser negativos cuando ya no atraen a la mayoría, o si no atraen a la mayoría porque se han vuelto negativos. Probablemente las dos cosas.

Por una razón u otra, y como era previsible según mi definición de proceso negativo, las conversaciones políticas en la asamblea fueron oscilando de contenido volviéndose lentamente más radicales y el contenido perdiéndose en la burocracia y las formas, alguien me acosó ser un demagogo y ya solo discutíamos cuestiones organizativas; pues el mensaje estaba ya claro, había consenso en todo lo general, el problema es que nadie hizo caso, y si algo quedó claro a todas las personas recién despertadas de su mundo de yupie como yo es que el rollo de la representación del pueblo era un cuento y que los políticos Vivian en otro plano espaciotemporal. La ilusión, aunque la llamásemos indignación, se tornó en cruda rabia, escepticismo y cansancio, mucho cansancio.


No quiero ni saber que hora era. Así todos los días.

En algún momento no nos damos cuenta y partiendo del buen rollo que teníamos entre nosotros, creamos un "vosotros" y un "nosotros" cuando hablábamos entre los menores. No nos lo parecía, pero era una escisión política. Incluso teníamos proyectos propios que cancelamos en el último momento, como la manifestación disfrazados, porque a los mayores no les parecía serio. Hasta planteamos, alentados por Néstor medio en broma, que montáramos nuestro propio 15M en las puertas de institutos y universidades. No sabemos si fue la culpa de alguien o era simplemente inevitable con el salto de edad que había entre nosotros. Pero era un signo más de que todo el movimiento, la unión, la atención mediática, la paciencia de la gente, las horas que dedicaban los mayores de su vida personal... tenían fecha de caducidad.

Cuando las asambleas ya iban un poco de capa caída, fuimos los jóvenes los únicos que llevábamos la acampada; llegado el momento en que prácticamente hicimos un golpe de estado y nos apropiamos de ella (los grandes, la mayoría ya ausentes, la querían desmontar; hicimos unas llamados y pronto éramos 20 votando en contra, y allí nos quedamos). Las razones políticas, aunque habían, poco tenían que ver con nuestra decisión, tengo que reconocer; la acampada era nuestro símbolo, nuestro punto de unión y nuestra revolución: cuando finalmente se desmontó, que no tardó mucho, nuestra revolución acabó con ella. Seguimos unidos durante el verano, pero ya como amigos, no he vuelto a hablar de política con ninguno de ellos y dios me libre de hacerlo.





El proceso que nos llevó a desmontar finalmente es lento, tedioso, lleno de matices y riñas personales envolviendo más el ego de los participantes que ninguna idea en sí misma.

Estuvimos demasiado tiempo aguantando mucha presión, dedicando nuestra vida a ello, con muchas tensiones inevitables entre nosotros; y el día que nos juntamos prácticamente los mismos del principio y decidimos desmontar definitivamente, aunque voté en contra de ello, sentí desvanecerse un gran peso sobre mis hombros y terminamos todos en un gran y sincero abrazo colectivo.


Buen rollo.

Llegó el verano casi sin darme cuenta, y yo había cambiado. Seguí con aquella chica que resultó gustarme mucho un tiempo más, hasta que se marchó de vacaciones y la historia nunca volvió a ser la misma. El 15M dio la entrada, en Sant Feliu en vez de en San Francisco, a un verano del que recuerdo multitud cosas increíbles y que no hubiese sido lo mismo si nada de todo esto hubiese ocurrido, un verano durante el que una parte de mí que casi nadie, incluido yo mismo, sabía que tenía apareció, y vino para quedarse. 


Fue mi primer y particular Verano del Amor. Seguí yendo con la gente que conocí (y aun lo hago) además de conocer mucha otra, mi hermana que yo tenía como la típica niña buena empezó a salir oficialmente con el chico del pelo largo del primer capítulo y se compró una furgoneta hippie de segunda mano con la que recorrer mundo, aprendí mucho sobre cómo funciona el mundo, aprendí a transmitir confianza (que no es que no la tuviera), fuimos a nuestro primero y más épico Algo Mas Duro, viví historias con más chicas de las que puedo contar con los dedos de las manos (sin babosear en discotecas como hacéis vosotros), me harté de la política y pese a todo eso me quedó tiempo para ir a Barcelona un buen día de julio con otra chica de la acampada y maravillarme al ver en las 200.000 personas de la manifestación del 15J la mayor extensión que podemos tener unos cuantos insomnes a las 4 de la mañana, adictos a la información, hablando por el IRC y comentando noticias en Internet.


If you're going, to San Francisco
be sure to wear some flowers in your hair...



No hay comentarios:

Publicar un comentario