[Nota del editor de uno de los editores] Hace unos días, la noche después de la apoteósica fiesta de fin de año, tras comentar la jugada volví pronto a casa, y a eso de las 2 y media de la madrugada, el autor de esta colaboración me dijo sin aparentemente venir a cuento a través de Facebook una red social que no nombraré: “estoy en modo Jedi, rápido, aprovecha, tienes exactamente una hora con 7 segundos para preguntarme algo”. Y de aquí surgió una conversación de la cual ha derivado este artículo.
Quizá conozcáis a Orion el Gato Caballero, el protagonista de su blog.
Querida gente del blog, me llamo Maiol Espuña Vila y vengo a petición de Cristian para compartir algo con vosotros, una conversación de Facebook donde se habló de varias cosas; cuando dos extraños se cruzan en un camino, a veces salen beneficiados.
Por desgracia no puedo enseñaros dicha conversación por problemas técnicos ya que se me ha borrado, cabe destacar por lógica que era algo importante; por otra parte, me presto voluntario a contárosla, más que contárosla, enseñárosla con mis propias palabras.
¿Y quién soy yo? ¿Quién tu para preguntarme quién soy? ¿Quién yo para hablar? ¿Y quién eres tú para escucharme o no hacerlo? Esa es la verdadera pregunta, quien quiera leer estas líneas puede leerlas, es su libertad y su tiempo, al igual que sería no hacerlo.
Cristian una noche me pregunto:
-¿Qué crees acerca del todo?, explícame todo lo que sepas o creas al respecto.
¿Lo que pienso sobre el todo? Pienso que el universo es matemático y el destino, el futuro, el pasado y el presente son parte de un gran fractal.
¿Por qué un fractal? Porque puede variar en infinitas formas, miles de mundos; miles de realidades dividiéndose y creando más ramas, formando la infinitamente complicada telaraña que sostiene la realidad, el día que alguien pueda leer esa telaraña será lo más parecido a un dios.
Los fractales son operaciones matemáticas al fin y al cabo, una acción y una reacción, un sin fin de operaciones y acciones que conllevan y terminan en una secuencia lógica, pura física, pura matemática, dentro de esta operación matemática, dicho de otro modo, se crean cosas que crean otras cosas.
En este punto me di cuenta que tanto Cristian como yo éramos agnósticos.
Entonces, la conversación siguió un rumbo más espiritual cuando Cristian dijo que el tiempo y el espacio podrían tratarse de puras formas de poder pero que los humanos los mal interpretamos, que la forma del tiempo y el espacio no es como lo conocemos y que el tiempo es circular.
En este punto me di cuenta que tanto Cristian y yo éramos agnósticos.
Pero estoy muy en desacuerdo con que el tiempo es cíclico, ¿lo que es ha sido y será? Yo creo que no, dejad que comparta mi opinión sobre el tiempo.
Veréis, los humanos somos motas de polvo con media neurona funcional que apenas hemos empezado a percibir el tiempo, vivimos en una bonita isla rodeada por un oscuro mar en tinieblas cuyo fondo no llegamos ni a soñar.
El tiempo es un invento humano, la primera brújula, el antes y el después, una cuerda, una baliza a la que todos nos aferramos para no perdernos en nuestra propia existencia.
Nuestra débil mente necesita el pasado y el futuro para saber dónde está.
Entonces dije:
-¿Quién te dice que el tiempo no es un meme? Algo inventado por los seres vivos para entender donde estas. El tiempo es un bulo, es de cartón, una cuerda imaginaria, una baliza de la que todos tiramos de ella y ella tira de nosotros; lo llamamos destino. Una mentira a partir de la imaginación convertida en realidad, ¿No es gracioso?
Cristian dijo:
Sería muy bestia, puede ser.
Pues claro que puede ser, todo puede ser.
EL UNIVERSO ES INFINITO; ERGO; LAS POSIBILIDADES SON INFINITAS.
La mente humana es una pequeña vela en el vacío pero también hay grandes soles, que hemos creado, para iluminar el camino, soles artificiales, ideas y conceptos: destino, pasado futuro y presente, dolor, esperanza, miedo, dioses... esa es la gran paradoja humana, nosotros creamos a dios para encontrarnos a nosotros mismos.
En algún lugar, un tirano aguarda en silencio en su palacio de plástico
en alguna luna desierta y inhóspita hay un desfile,
granaderos esqueléticos tocan y cantan la marcha turca con suma alegría
en alguna parte, naves arden cerca de una estrella en una batalla.
El universo es infinito y tan grande... Y tan grande que no podemos ni soñarlo, incluso el arte humano es un reflejo de estas palabras: comics, Dalí, novelas, el país de las maravillas... quizá cuando un humano piensa y busca la inspiración por breves momentos su pequeña chispa se ilumina y podemos ver la oscuridad, otros planos. Este tema está abierto a debate, y no profundizaremos más en el.
Todo esto lleva a mi opinión:
El universo es un gran fractal, una operación matemática, podemos profundizar en él infinitamente creando infinitas variaciones, los planos paralelos. Todas las acciones que hacemos o no hacemos dividen la rama del llamado presente, desencadenando el llamado efecto mariposa, entonces debajo de la realidad, el fractal sigue su curso y nuestra rama se queda allí como una fotografía a nuestras entendederas.
Pero tenemos un gran enemigo, el Caos, lo que no podemos entender, lo que no estamos hechos para entender, comprender el caos será el primer paso que deberá hacer el ser humano antes de pisar las oscuras aguas.
Para comprender el Caos tenemos que comprendernos a nosotros mismos.
¿Y qué somos nosotros? bacterias salidas del mar que empezaron a caminar, a pensar y a comer hamburguesas, brevemente así explicado parece una chorrada, pero es un hecho que no se puede negar.
Lo que no comprendemos lo llamamos Caos.
La frustración, el odio, las guerras, la tristeza, influyen sobre nosotros y todo son respuestas a nuestra propia ignorancia, no sabemos cuidarnos, no sabemos las soluciones, todo el dolor se puede evitar al igual que todo el placer.
El odio y el miedo cuidaron de nosotros,
cuando éramos temerosos de las sombras
que trepaban por las paredes de la caverna,
nos guiaron, nos enseñaron a luchar,
a matar, a robar, a sobrevivir cuando el mundo era frió y extraño y la elección era sencilla; el o tú, ellos o nosotros, comer o ser comido, pero el mundo ya es nuestro, lo hemos domado; pero aunque otros humanos hayan domado el espíritu de la supervivencia no dominarán el espíritu de la evolución y mucho menos el humano.
Es inútil llorar por la leche materna, el humano debe seguir avanzando y vencer al Caos; comprendernos a nosotros mismos, el mundo está jodido no es un secreto, la gente se cose unos a otros por varios motivos, religión u odio, amor o miedo, pero todo es una tapadera por lo de siempre, el poder.
El poder, esa gran herramienta contra el miedo que sentimos por culpa de nuestro deseo de supervivencia, el ego necesita poder para sentirse a salvo, necesitamos deshacernos de ese monstruo.
El humano ya ha avanzado, solo que nos tenemos que dar cuenta de nuestros progresos, inventamos el avión y 60 años después ya estábamos en la luna.
No es lo mismo sobrevivir que vivir, el día en que la humanidad comprenda lo que es ella misma, y comprenda que el bien común es su fuerza y su voluntad su escudo, ese día la humanidad estará preparada para dar el primer paso en el desconocido mar y hacer la pregunta:
¿Qué es el universo?¿Qué es todo?
La conversación entera fue mi respuesta a Cristian.
Pido disculpas, no soy un filósofo ni físico, ni científico, ni una hamburguesa;
Transcribir estos conceptos no es tarea sencilla, de todas formas solo es la expresión de mis pensamientos, no jodáis con mierda moral o religiosa.
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