Vida Universitaria
Semana 27 – Primera parte
Preludio...
Una vez pasados los exámenes con mi revolucionario método, mi destino durante semana santa era volver a mi Costa Brava way of life, donde revirar mi vida y alejarme de la comodidad, conformidad y tendencias auto-destructivas en general de los últimos meses.
- ¿Tajarla?
De hecho no es que tenga tendencias autodestructivas en el sentido propio de la palabra, es que tengo una definición muy amplia de lo que son tendencias autodestructivas. En general, considero toda actitud que premie el ostracismo, la conformidad y la ignorancia como algo destructivo. Es decir, lo que hacen ustedes a todas horas, con la diferencia que a vosotros ya no os queda nada que destruir.
En el fondo me parece que la cuestión principal es que no quiero ser como vosotros.
Sí, yo también me tiro en el sofá a no hacer absolutamente nada, miro anime cuando debería estudiar y me da pereza salir a la calle a hacer cosas y hablar con gente; aunque si me pongo a hacer vida social, a escribir o a estudiar lo haga bajo la ondeante bandera del putoamismo general. Pero en mi caso se perfectamente que me estoy comportando como un inútil sin futuro, si lo hago no es por miedo e inseguridad, sino porque soy un vago y, en general, una mierda de persona; pero no un inútil sin futuro.
Tenía cosas medio pendientes y a medio hacer por todos lados. Había que reformar el blog de RLG, empezando por el diseño y revisar algunos conceptos en si aprovechando la ocasión. Tenía algunas personas que recuperar, algunas que probar y otras que conquistar. Ha sido una semana santa fantástica, probablemente la mejor de la historia, y pese a ello no puedo sino sentir que he fracasado en mis objetivos básicos. Quizás es que me he acostumbrado tanto a los altos vuelos que se me hace realmente difícil disfrutar velocidades inferiores a match3.
Semana santa tenía potencial, y todo potencial es como una gran promesa esperando su culminación. Durante el transcurso de nada te das cuenta. Durante es siempre una promesa, y no son hechos hasta que, a tus ojos expectativos, ya se han convertido en decepciones.
Si es que este sitio tiene algo. No sé si es porque bajo poco y cuando bajo tengo demasiadas cosas que hacer o qué coño pasa con este lugar que uno no puede dar un par de pasos sin encontrarte dos horas más tarde liado con alguien, en casa de Cristian con unas seis personas más, en skull alcoholizado, rechazando sexo o haciendo cosas raras en general. No me quejo, son geniales pero es que en el fondo son las mismas de siempre. No es que uno se levante y decida: hoy voy a hacer cosas raras pero que sean como un reciclado de ideas anteriores; es que aunque no quieras, las circunstancias te llevan a ello; pero mejor vamos por partes.
Esta semana santa tiene diversos capítulos que han contribuido de manera diferente a mi evolución de nihilista a nihilista misántropo, que es lo mismo pero con un rebelde toque de odio a la humanidad. Y con más mala leche.
Viaje en tren de Barcelona a Caldes con Pep
Yo no sé de qué habláis con vuestros amigos. Se lo que habláis con vuestras amigas, porque cois unos mariconazos más blandos que el pan bimbo a la que alguien no se ríe de vuestros profundos miedos y sentimientos (delante vuestro); pero no sé de qué habláis con vuestros amigos.
Pues con Pep hablamos de… chicas. Y chicos, a veces. No creo que le sorprenda a nadie. Algunas de las amistades más maravillosas que he tenido en mi vida se han basado íntegramente en hablar de chicas. Aunque el enfoque ese día fue algo turbio y terminamos hablando, con el volumen de voz que caracteriza a unos machos cabríos de pueblo como nosotros, sobre moralidad, orígenes del cristianismo, cultura occidental, subculturas asociadas a la música y la contraposición individualista con el sentido de la manada; conversación solo interrumpida por el paso de chicas en leggins por el pasillo de nuestro vagón. Os puede parecer raro, pero os juro que, en el fondo, seguíamos hablando de chicas, os lo juro.
Más que la conversación en sí, lo importante fue las reacciones de la gente a nuestro alrededor. Obviamente, no estábamos solos en el vagón, y sois malísimos disimulando que estas escuchando conversaciones ajenas. Yo me entero de todo, chico de enfrente con un solo auricular que parecía no conectar a música alguna y que se sobresaltaba cada vez que te miraba directamente.
Por alguna razón, mis conversaciones llaman la atención de gente. No sé si es por mis ideas extremistas en la mayoría de temas que trato, o si porque los temas en si o la profundidad con la que los tratamos sin ser unos imbéciles intelectuales se encuentran completamente fuera de lo que os atrevéis a hablar con vuestros allegados. Más de una y más de dos veces me he encontrado gente unirse a una conversación porque han oído algo que les ha llamado la atención, o ser el centro de atención de un bar entero solo por estar hablando de sexo por Skype con paula o de drogas psicodélicas o de satanismo con algún genio de parecido calibre.
No sé de qué coño habláis. En serio. Verborrea, supongo, por lo que oigo cuando estoy en el tren sin auriculares deseando morir. Frases y frases con miles de adverbios y muletillas sin decir nada realmente. Anécdotas que tienen como hilo argumental alguna patética conversación de whatsap de típico tío sexualmente frustrado. ¿Os habéis parado a escuchar el 99% de conversaciones que tenéis a lo largo del día? Tenéis un móvil con internet para hablar con quién sea en cualquier momento, y, ¿qué os dedicáis a decir? Pensadlo, en serio, ¿de que habéis hablado hoy? Pues esa es la impresión que dais. A mí me gustan los cotilleos hasta cierto punto, hasta el punto en que no me afectan en absolutamente nada. Depende de con que tema me salgas, soy capaz de dar media vuelta e irme de la conversación sin decir nada más; porque sé que estáis hablando por hablar.
Habláis de chicas, y vosotras de chicos, pero os quedáis en la ignorancia más absoluta; lo sabéis todo de todos, os atrevéis a dar consejos y sois incapaces de aplicar uno solo a vuestra vida diaria. Habláis del sexo opuesto como si no fuese la fuente más grande de confusión en vuestro mundo, soltáis un todas putas y os creéis muy listos.
O todo lo contrario, en un intento de parecer intelectuales, habláis de alta cultura, moralidad y religión como si nada tuviese que ver con coños y pollas; como quien comenta una partida de ajedrez, discutís sobre Thoreau y Nietzsche para superar que vuestra ex pasa de vosotros, y os creéis muy listos. Todos lo parecemos en nuestros adentros, y vemos los otros como ovejas sociales sin aspiraciones. Y no es nada malo, al creerlo así os comportáis precisamente como me gustáis, blanditos y beeando. Y con leggins.
Random Local Guys poniendo temazos en la goleta
Bajé con Judit a la goleta y me fui encontrando con un montón de gente sin poder hacer nada en la entrada. El concierto de Nord y Please Wait que se suponía empezaba a las diez, empezó a las doce, momento hasta el cual nos dedicamos a comernos los mocos. Empezó Nord, duró veinte minutos, medio hora después empezó PW y a la una estaba chapado porque vino la policía a decir que había vecinos pijos de Barcelona con muchos lereles que quieren dormir para no tener ojeras en sus inmaculados jetos de hormigón armado. Dijeron que bajaran el volumen tanto que, comprensiblemente, los Please Wait se rallaron, se subieron los amplis y tocaron el último tema mientras el responsable del local les desconectaba los instrumentos. Bastante épico, casi que quedaron mejor así que si hubiesen tocado el concierto entero.
Cuando supimos del evento la tarde anterior, Cristian y yo comentamos casi en broma que estaría bien pinchar nosotros después del concierto para así tener alcohol y música gratis y no tener que ir a playa de aro. Incomprensiblemente, a los de la goleta les parecía buena idea, así que dicho y hecho, estuvimos cuatro horas poniendo temazos, hinchándonos a gin-tonics e intentado impedir que Borja accediera a la lista de reproducción. Ser DJ mola, sobre todo cuando no eres DJ y simplemente haces lo mismo que podrías estar haciendo con los colegas en algún local pero con más gente y droga. Normalmente si nos ves a varios mirando a la pantalla es que estamos mirando algún tumblr realmente lleno de chicas desnudas interesante, porque estamos en Omegle o porque no atinamos a poner canciones sin asistencia.
A la gente le fliparon bastante los videos que usamos, que hice a principio de curso durante unas semanas de inspiración audiovisual remezcla de infinitos videos encontrados en YouTube.
El primero es un repaso a animes icónicos de nuestra vida, remezclando escenas para que sean historias individuales, el segundo pretende imitar los efectos de diferentes tipos de drogas en nuestra mente, y es una fumada importante.
Los videos son esenciales, porque así nadie se entera de que pinchamos directamente desde el jodido Spotify a capela, sin tabla de mezclas ni nada y que todo lo que hacemos es escoger las canciones de mi lista de destacados según nos salga del nabo, el tipo de gente en la sala, y depende de lo que pidan los que nos van cayendo bien. Si sois cincuenta motoristas pidiendo metal, os ponemos Cowboys from Hell y os quedáis sentados toda la noche, vamos a poner lo que le mole al calvo de metro cincuenta que lleva onfire desde que ha llegado, así de simple. A la gente le mola bastante nuestro sistema; nos lo pasamos de miedo con clásicos como Stayin Alive, Dont let me be Misunderstood, Light my Fire y el atemporal Demà; tema en catalán de los inicios de Please Wait en el que me dejé la jodida garganta.
Los chicos de Sant Feliu por alguna razón que aún no acabo de comprender estuvieron fuera del local casi toda la noche, quizás porque no sabían que se podía fumar dentro o que el subministro de alcohol era altamente liberal. En su ausencia la música fue bastante más clásica que de costumbre, cosa que les moló bastante a los que fueron llegando hacia las 3, momento en el que había un ambiente respetable (por ser una noche de sábado en Sant Feliu de Guíxols esta guay) y acabamos bien la noche, pese a que la alta densidad de ex rollos y actuales rollos míos que había por metro cuadrado al principio de la noche auguraba lo contrario.
- Buah Jordi, molaria que sonés tal tema ara mateix
- Ja, pero no el posaran, sempre diem el mateix
- De fet estem punxant nosaltres
- ¡!!!!
En mi infinita sabiduría, me retiré temprano con una amiga rumbo a mi casa (6am) para ir el día siguiente a jugar a fútbol 4 horas con los chicos del Ponteeufórico Fútbol. Acabamos en karaoke de la goleta los RLG con un par de invitados más a acabar de hacer el gamba con el dinero que nos dieron de la noche anterior y las agujetas terribles me duraron unos cuatro o cinco días.
Videoclip en el Panorama
El panorama es un antiguo hotel en la costa de Sant Feliu de Guíxols que se quemó y resta abandonado y en ruinas lleno de las almas aterrorizadas de los que se quemaron dentro. O quizás no.
No había entrado nunca, y eso que es lugar de culto por adolescentes sin nada mejor que hacer. Esta más que chapado y si te ven los vecinos llaman a la policía. Quizás porque como esta en ruinas es un peligro pero más probablemente por la afición que tiene la gente de este pueblo a llamar a la policía. Así no se sienten tan solos. Haremos un partido político para presentarnos a alcaldes, nuestra primera medida va a ser algo así:
- ¿Policía? Llamaba para denunciar al vecino de abajo, que está montando una fiesta un sábado por la noche a las 12 de la noche.
- En seguida venimos, no se mueva.
- Que bien, a ver si aprenden esos jovenzuelos.
- A ver si aprende usted señora, queda detenida, serán diez mil euros de multa, la mitad para nosotros y la otra mitad para financiar futuras fiestas de sus vecinos de abajo.
Estábamos en casa de Borx con Paula, Cristian, Nil y otra vez Judit, con quien he pasado gran parte de estas vacaciones y con quien también salí a dar una vuelta y hacer fotos el día de luna llena. Grabamos algunas escenas para el videoclip que está montando Cristian de la canción The End, alguien fumó salvia o algo parecido y necesitábamos escenas chachis de algún sitio que pareciese oscuro y diese mal rollo. Raudos y veloces, a las dos de la mañana saltamos la verja del hotel con unas cervezas, dos cámaras y una linterna grandota.
Nos perdimos varias veces, grabamos escenas realmente chungas gracias al flash de enfoque automático de mi cámara, encontramos de todo, nos cagamos de miedo varias veces y subimos a la terraza a hacer fotos al pueblo, pillar wifi y jugar a Magic.
Bueno, de momento, visto así, tampoco es una semana santa tan mala, y eso que solo vamos por la mitad. Pero es que realmente no lo ha sido. Ese es el problema, ha sido genial y aun así una mierda. Hemos hecho cosas nuevas, y cuando estoy en ellas prefiero la comodidad de lo conocido. He hecho cosas viejas que me siguen gustando, y cuando estoy en ellas prefiero la emoción de lo desconocido.
Como me pone la sobreexposición. |
Continuará.
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