Los restos de mechas rubias en mi pelo y el pendiente con forma de cruz cuyo significado no voy a contar hoy.
Eso es lo que veras cambiado en mi respecto a aproximadamente hace un año.
Pero no es lo único, ni mucho menos.
De hecho me recuerdo como una persona eternamente cambiante, si no en forma de actuar si en forma de pensar, pero raramente mis cambios internos se podían avistar desde tanta distancia como se avista el llevar un simple pendiente.
¿Que estaría haciendo hace un año ahora mismo? No creo que difiera mucho, también trabajaba de noche, también me hubiese pasado la noche trabajando y en mi agotamiento, delirio y falta de azúcar en la sangre me habrá dado por pensar en alguna chica. O en alguna canción. Probablemente ni la chica ni la canción con las que me convendría pasarme 14 horas en el mar si ya es bastante peligroso pasar 20 minutos en una plataforma.
Pero algo si ha cambiado.
Mis cambios casi siempre tienen lugar alguna noche en la que mis idas de olla se han visto tan interesantes e irrepetibles que me han dejado toda la noche despierto en estado de extraña excitacion. El ultimo lo debo a tres noches separadas, una es la que me pasé leyendo sobre lo que era el satanismo, la segunda la del documental de Woodstock y la tercera en la que Ross lo cambió todo.
Me lo tomo diferente.
Trabajo y voy mirando al horizonte para ver algún paisaje digno de una foto. Dejo de obsesionarme con canciones a veces para inventar las propias. Pienso no en las horas que faltan para volver a mi dulce reposo, sino en las que llevo ya hechas. Si estoy mucho rato pensando en alguien, le envio un mensaje (no siempre lo hago, pero perdón por los sms a las 4 de la mañana si ha sido el caso). Cuando no hay faena que hacer no me siento a esperar que todo acabe, doy un brinco, me aparto de los amables pero decadentes marineros, enciendo una linterna y me pongo a leer la jodidamente buena triologia de La Fundición.
Me he liberado en muchos sentidos, tanto expresivos como afectivos con mucha gente. No persigo chicas por afición y disfruto de su compañía mas que nunca. Re-descubro personas que antes mes parecían totalmente vacías Cada persona es una historia irrepetible de superación personal, increíble solo ya por el hecho de pertenecer a la raza humana y no haber implosionado en el intento.
Quizás algo habríais notado, quizás os hable mas directamente, o no tenga reparos en deciros según que cosas, quizás os hago preguntas que nadie os había hecho antes. También soy mas extremo en algunas situaciones, me voy si la conversación me aburre, soy tajante si no estoy de acuerdo con algo, y si me molestas te voy a destruir.
Hace mas o menos un año, aun no me había dado cuenta de lo poco en serio que va todo, de lo que hay que llegar a improvisar y a fallar estrepitosamente para conseguir algo. Que si lo que quieres es ser cineasta comprate una puta cámara por ebay y sale a grabar el mundo en vez de pasar 5 años en una universidad. Hace un año tenia que ir a vivir con quien, incomprensiblemente, ha sido una de las personas mas importantes de mi vida; plan que al final falló, de mucho.
Años antes, hubiese considerado escribir cualquier cosa en este blog una especie de “confesión”, y se lo hubiese mandado a L17, como siempre he hecho. Ahora es todo diferente. Estoy casi permanentemente en un estado que antes hubiese descrito como “inspirado” o “iluminado”. Ahora un dios baila en mi.
Mis cambios casi siempre tienen lugar alguna noche en la que mis idas de olla se han visto tan interesantes e irrepetibles que me han dejado toda la noche despierto en estado de extraña excitacion. El ultimo lo debo a tres noches separadas, una es la que me pasé leyendo sobre lo que era el satanismo, la segunda la del documental de Woodstock y la tercera en la que Ross lo cambió todo.
Me lo tomo diferente.
Trabajo y voy mirando al horizonte para ver algún paisaje digno de una foto. Dejo de obsesionarme con canciones a veces para inventar las propias. Pienso no en las horas que faltan para volver a mi dulce reposo, sino en las que llevo ya hechas. Si estoy mucho rato pensando en alguien, le envio un mensaje (no siempre lo hago, pero perdón por los sms a las 4 de la mañana si ha sido el caso). Cuando no hay faena que hacer no me siento a esperar que todo acabe, doy un brinco, me aparto de los amables pero decadentes marineros, enciendo una linterna y me pongo a leer la jodidamente buena triologia de La Fundición.
Me he liberado en muchos sentidos, tanto expresivos como afectivos con mucha gente. No persigo chicas por afición y disfruto de su compañía mas que nunca. Re-descubro personas que antes mes parecían totalmente vacías Cada persona es una historia irrepetible de superación personal, increíble solo ya por el hecho de pertenecer a la raza humana y no haber implosionado en el intento.
Quizás algo habríais notado, quizás os hable mas directamente, o no tenga reparos en deciros según que cosas, quizás os hago preguntas que nadie os había hecho antes. También soy mas extremo en algunas situaciones, me voy si la conversación me aburre, soy tajante si no estoy de acuerdo con algo, y si me molestas te voy a destruir.
Hace mas o menos un año, aun no me había dado cuenta de lo poco en serio que va todo, de lo que hay que llegar a improvisar y a fallar estrepitosamente para conseguir algo. Que si lo que quieres es ser cineasta comprate una puta cámara por ebay y sale a grabar el mundo en vez de pasar 5 años en una universidad. Hace un año tenia que ir a vivir con quien, incomprensiblemente, ha sido una de las personas mas importantes de mi vida; plan que al final falló, de mucho.
Años antes, hubiese considerado escribir cualquier cosa en este blog una especie de “confesión”, y se lo hubiese mandado a L17, como siempre he hecho. Ahora es todo diferente. Estoy casi permanentemente en un estado que antes hubiese descrito como “inspirado” o “iluminado”. Ahora un dios baila en mi.
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