Manual Práctico para Redes Sociales (diez mandamientos para un mundo mejor)
Este no es un manual para tener éxito en redes sociales. Este es un manual de combate para cambiar la sociedad o tu entorno mediante como interactúas a través de ellas.
1. No des me gusta ni compartas publicaciones solo en base a si te gustan, sino también por lo que son.
Con nuestra atención estamos diciendo que cosas valoramos en las otras personas. Para alguien que pinte un cuadro por primera vez puede ser la diferencia entre continuar o dejarlo antes de empezar, en cambio dar atención a reiterados actos de narcisismo y superficialidad promueve exactamente eso. Hay una diferencia entre un chiste o una selfie y un cuadro en el que un amigo lleva trabajando medio año. Dando atención en forma de likes estás diciendo que lo consideras positivo, que valoras el esfuerzo, o que te gustaría que hubiese o él hiciese más.
2. Valora cada publicación de forma individual.
Por ejemplo, no caigas en la tentación de dar atención fácilmente a publicaciones que tienen mucha (como nos sentimos sin saberlo inclinados a hacer) ni tengas miedo de hacerlo cuando tienen muy poca. A todos nos gusta dar apoyo a las personas que tienen éxito o nos caen bien, amigos y familiares, porque nos sentimos asociados o mas cerca de ellos, pero pregúntate si reaccionarias diferente a un post o comentario si este fuese de otra persona.
Similarmente, no malinterpretes atención que reciben tus publicaciones como interés en ti.
3. No promuevas en exceso contenidos de poco esfuerzo.
No debería ser suficiente identificarse con algo colgando una imagen relacionada. Requiere mas profundidad, cosas mas tangibles. ¿Alguien quiere ser considerado músico? Entonces tienes que valorarlo por su música, no por fotografías de él sujetando una guitarra. Si no hay música que escuchar aún, tendría que ser eso y no de hacer postureo lo que debería ser su prioridad. Hasta entonces nada de likes. No todo es simplemente una estética. De la misma forma, no tiene el mismo valor una opinión política en forma de eslogan repetida mil veces que una argumentación lógica y personal. Una combinación de símbolos y frasecitas no es sustituto de una personalidad. Deja que la gente trabaje su identidad. No tiene ningún sentido quejarse de la superficialidad o la desnaturalización de las ideas en manos de la maquinaria capitalista si luego uno "compra" esos mismos comportamientos y es lo único que vende de su identidad.
4. De ser posible, pon el reconocimiento donde se merece: busca y promueve la fuente original.
No es necesaria mucha explicación en este punto. Aunque no vendría de mas contrastar noticias de vez en cuando, ni buscar fragmentos de texto o frases en el Google para comprobar si realmente son de quién los publica.
En el caso no ya de amigos sino de artistas semiprofesionales o profesionales con presencia en las redes, si no tienes dificultades económicas, considera apoyarlos monetariamente. La mayoría venden merchandising, hacen comisiones o dan conciertos. Los artistas grandes ya ganan suficiente a través de la publicidad, no necesitan otro yate.
5. Si te descubres a punto de dar a un botón automáticamente o sin pensar, pregúntate porque.
Las redes están construidas de tal forma que facilitan ciertos comportamientos cuyo único objetivo es que vuelvas a entrar y las utilices más y más. El automatismo de dar atención a aquellos que ya la tienen es uno, pero hay muchos mas que te condicionan a actuar y pensar de una u otra forma. A la velocidad vertiginosa a la que ocurren las cosas, nadie tiene tiempo para pararse a pensar, pero ocurre (como sucede con frecuencia) que actuar en piloto automático es de lo peor que podría pasar.
Por ejemplo las historias de instagram son como golosinas para tu cerebro. Unidades de información que no requieren de casi masticar ni de hacer nada que uno va comiendo sin pensar. Pero como podrás comprender, no se puede vivir de eso.
6. No seas víctima de los algoritmos que te dicen qué te interesa y qué no. Explora por ti mismo.
Google, Spotify, Facebook... todos ellos te hacen gravitar hacia contenido con el que te sientas cómodo y estés de acuerdo. Lees noticias y el contenido es mínimo, son una excusa para decirte lo que quieres escuchar, que alguien te de la razón: son cámaras de resonancia. De hecho hace ya tiempo que las publicaciones ni siquiera aparecen en el orden creado, sino según algoritmos de popularidad, alzando a la gente que tiene eso como tu principal preocupación hacia el estatus de celebridades locales, enterrando las publicaciones de a quién eso no le preocupa tanto y publican una vez al mes alguna cosa que vale realmente la pena ver. En el caso de la música puede ser conveniente, pero también te aleja de descubrir cosas nuevas, te hace gravitar en dirección a las mismas colecciones de gustos e intereses que a todos los demás.
Está bien saber lo que te gusta, pero sumérgete de vez en cuando en la red hacia gustos improbables, explora grupos de conocidos y desconocidos, lee cosas improbables y comparte lo mejor de todo lo que encuentres.
7. Cuando consumas un contenido interactúa con la publicación que te ha llevado hasta ahí o la persona que lo ha hecho.
Cuando haces algo, no hay forma alguna de saber si la gente lo lee, lo escucha, les gusta o si es una mierda. Es fácil asumir lo último (o que no interesa) si no recibes mención alguna. Irónicamente, cuanto mas elaboradas o mas complejas sean las cosas que haces, mas acostumbran a llevar a otras webs o dejar cansado a la persona que las consume, de modo que es menos probable que hagan el esfuerzo de volver atrás a comentar o dejar de alguna forma claro que les parece bien o que se lo han leído. En cambio, en las publicaciones de poco esfuerzo, es habitual dar un me gusta fácil y continuar sin mas.
8. No alimentes publicaciones únicamente por lo bien que te cae quién las cuelga o quién salga en ellas.
A todos nos gusta apoyar y sentirnos conectados a nuestros amigos, familia, conocidos y todo eso; las redes a veces nos permiten hacer precisamente eso, pero no es lo único por lo que están. Utilizada correctamente puede ser más que una extensión de normas y estructuras sociales offline, más que un programa de telecinco con nuestros conocidos de concursantes. No des me gustas en un desesperado intento de llamar la atención de quién lo postea: no va a funcionar. Así que dejad de ser unos babosos unos y de hacerlo para llamar su atención otras. Tampoco tiene ningún sentido convertirlo en un altar para actores y famosos.
9. Eres lo que haces. Eres lo que muestras al mundo.
Las redes son una plataforma donde los comportamientos narcisistas están no solo socialmente aceptados sino alentados, pero si bien no hay nada malo en querer ser o aparentar la mejor versión de ti mismo, hay una diferencia de calidad. Si lo único que haces en tu vida publica es repetir bromas de otros, hablar de famosos o colgar fotos sugerentes de ti mismo, eso es lo que vas a ser a ojos de los demás. Quizás no te importe, o digas que no te importe, o no te quiera importar. Pero no me interesan las frases motivacionales adolescentes de no me importa lo que piensen los demás; tus acciones dicen todo lo contrario, y aunque no quieras necesitas a las demás personas, y ellas una imagen de ti. Eres lo que haces. Incluso si tu interior es muy especial, es tu trabajo que ello afecte a tu vida tangible, sino es a todos los efectos irrelevante y por desgracia o bendición tienes el mejor escaparate de la historia para ello. Sí, puede ser muy llamativo unirse a la apariencia de felicidad y profundidad superficial de las otras personas, o de alimentarse de atención a corto plazo. Pero se nota. A la larga, nadie te tomará en serio, y con razón.
Puedes seguir haciendo esas cosas, no hay nada malo en el cuerpo de las personas, y las fotografías y los eventos que nos ocurren en nuestra vida pueden ser, como cualquier otra cosa, un medio de expresión. Pero creo que a estas alturas todos sabemos distinguir la diferencia.
10. Bloquea las personas que postean demasiado.
Una publicación al dia es mas que suficiente para decir lo que tengas que decir y mantener amigos y familiares informados de tu vida. Evita páginas que abusan de ello, sobretodo si ese contenido es publicidad. Si esa persona eres tu, simplemente no lo hagas. Si repites cosas sin mas, cuando digas algo realmente importante a nadie le va a importar, lo mismo con compartir constantemente cosas de tu hobbie. Como posteador, tu impacto se diluye en tu número de publicaciones; con el tiempo lo único que haces es ser saltado por los ojos como una publicación de lo suyo mas, en el mejor de los casos convirtiéndose en un trámite para amigos y familiares y en el peor una acumulación de razones para ser bloqueado por los demás.
Hay diferentes redes, diferentes modos de usarlas, si (y lo de una al día no es matemático) pero no dejes que unas pocas personas inunden los canales de comunicación sociales solo porque estén enganchados a una tecnología en particular, se aburran, o necesiten atención. Si quieren expresarse (igual que las personas que dan la chapa en la vida real) pueden escoger hacerlo a través de otras vías, creando contenido sólido que aporte algo a los demás, sea entretenido y requiera esfuerzo de producir. Si no están dispuestos a pagar ese precio, quizás es que no merecen el premio. Lo único que consigues si no intervienes es darles cancha y poco a poco crear una visión distorsionada de la realidad, de cómo son, que piensan y que valoran las personas en base a ese pequeño numero de individuos.
Hay diferentes redes, diferentes modos de usarlas, si (y lo de una al día no es matemático) pero no dejes que unas pocas personas inunden los canales de comunicación sociales solo porque estén enganchados a una tecnología en particular, se aburran, o necesiten atención. Si quieren expresarse (igual que las personas que dan la chapa en la vida real) pueden escoger hacerlo a través de otras vías, creando contenido sólido que aporte algo a los demás, sea entretenido y requiera esfuerzo de producir. Si no están dispuestos a pagar ese precio, quizás es que no merecen el premio. Lo único que consigues si no intervienes es darles cancha y poco a poco crear una visión distorsionada de la realidad, de cómo son, que piensan y que valoran las personas en base a ese pequeño numero de individuos.
Manifiesto Final:
La atención y la aprobación social son el premio que otorgas cuando usas las redes, la moneda de cambio digital, lo que dice qué es importante y qué no, no solo la cosa en sí sino todo lo asociado. Este efecto está magnificado por su funcionamiento, en el que un atención es bueno y un no atención no, sin matices, y como una gran maquina su única función es optimizar esa producción y silenciar al resto.
La atención y la aprobación social son el premio que otorgas cuando usas las redes, la moneda de cambio digital, lo que dice qué es importante y qué no, no solo la cosa en sí sino todo lo asociado. Este efecto está magnificado por su funcionamiento, en el que un atención es bueno y un no atención no, sin matices, y como una gran maquina su única función es optimizar esa producción y silenciar al resto.
Igual que en el mercado, cuando compras, en el fondo estás votando qué practicas son aceptables; determinando qué valores son deseables y en definitiva como tiene que ser una sociedad. Tomar consciencia de ello es un deber pendiente tanto en el mundo analógico como el digital. Es tu deber y esta en tu propio beneficio entender en profundidad las consecuencias de tus acciones y dirigirlas a crear el entorno en el que te gustaría existir.
Podría uno pensar en un principio que son una ventana mas en la que mirar la decadencia de la civilización en occidente, pero pueden verse también como una oportunidad para redefinir el paisaje social. En el fondo, las redes están bien, el problema somos nosotros. No son una segunda identidad, son una extensión, la nueva vía a través de la cual ocurren las interacciones sociales y sobra la que se ven reflejadas todas las tendencias que ya existían con antelación, pero en esteroides.
A todo el mundo le gusta quejarse, pero nadie propone qué hacer con ellas.
La actividad artístico-intelectual no es (y no debe ser) únicamente una forma de ganarse la vida o un simple pasatiempo sin mas, sino una herramienta de expresión e identificación personal mas necesaria ahora que nunca en la cultura masiva creada alrededor las redes sociales. Tiene que convertirse en un factor importante en la valoración subjetiva que hacemos de las personas de nuestro entorno (y no solo en el mundo académico) exigiéndoles un mínimo de belleza, coherencia o solidez a sus ideas y creaciones, a la vez que estas tienen que ser valoradas independientemente y no como un subproducto de su posición socio-económica previa. Haciendo el crear y comprender lo que crean otros el mecanismo para subir la escalera social, su puerta de entrada al baile. Hacer de ello el idioma de transmisión de ideas e individualidad en la cultura cercana.
Conseguir eso pasa por asociar la identidad del artista (una de unificada, una de auténtica) al éxito. Para ello hay que utilizar la influencia personal de los propios creadores y generar interés local, la sensación de que el crear en sí importa, alzar a los creadores como grupo o de forma individual (o las dos cosas al mismo tiempo) a la vez que manteniendo una atmósfera creativa, no complaciente y competitiva de puertas para adentro. Porque después de todo, ellos también estarán jugando al juego social, solo que en lugar de mediante gritar mucho y ser amigo de todo el mundo, a través del arte.
Podría uno pensar en un principio que son una ventana mas en la que mirar la decadencia de la civilización en occidente, pero pueden verse también como una oportunidad para redefinir el paisaje social. En el fondo, las redes están bien, el problema somos nosotros. No son una segunda identidad, son una extensión, la nueva vía a través de la cual ocurren las interacciones sociales y sobra la que se ven reflejadas todas las tendencias que ya existían con antelación, pero en esteroides.
A todo el mundo le gusta quejarse, pero nadie propone qué hacer con ellas.
La actividad artístico-intelectual no es (y no debe ser) únicamente una forma de ganarse la vida o un simple pasatiempo sin mas, sino una herramienta de expresión e identificación personal mas necesaria ahora que nunca en la cultura masiva creada alrededor las redes sociales. Tiene que convertirse en un factor importante en la valoración subjetiva que hacemos de las personas de nuestro entorno (y no solo en el mundo académico) exigiéndoles un mínimo de belleza, coherencia o solidez a sus ideas y creaciones, a la vez que estas tienen que ser valoradas independientemente y no como un subproducto de su posición socio-económica previa. Haciendo el crear y comprender lo que crean otros el mecanismo para subir la escalera social, su puerta de entrada al baile. Hacer de ello el idioma de transmisión de ideas e individualidad en la cultura cercana.
Conseguir eso pasa por asociar la identidad del artista (una de unificada, una de auténtica) al éxito. Para ello hay que utilizar la influencia personal de los propios creadores y generar interés local, la sensación de que el crear en sí importa, alzar a los creadores como grupo o de forma individual (o las dos cosas al mismo tiempo) a la vez que manteniendo una atmósfera creativa, no complaciente y competitiva de puertas para adentro. Porque después de todo, ellos también estarán jugando al juego social, solo que en lugar de mediante gritar mucho y ser amigo de todo el mundo, a través del arte.
Este manual es un fragmento del futuro artículo "El Arte en Tiempos de Instagram".
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