Hace un tiempo me empecé a referir al pequeño espacio que ocupo en casa de mis padres como "mi jaula para pájaros". Aquí tengo mis cosas de pájaro, todo lo que pueda necesitar. En la cocina está el bebedero, en el patio mi pequeña parcela de cielo azul entre las rejas, en mi habitación el resto. Un mundo autocontenido entre cuatro paredes, que según la luz y la distancia aparece como uno perfectamente normal, pero que a veces desde cerca parece completamente alienígena; con sus superficies extrañas y agrietadas que bien podrían pertenecer a otro planeta separado del resto de la humanidad. Una controlada simulación del ecosistema abierto e incierto que hay ahí fuera, del que participo y visito de vez en cuando pero del que siempre vuelvo, la puerta abierta de una jaula que quizás debería cerrarse al salir.
Mas que todo eso, el blog quedaba raro si no pongo texto en lo que debería ser una publicación de solo imágenes. Creo que la música y las fotos lo explican mejor. Que para eso están. No para acompañar, sino para ser un medio en sí mismo, para el que no sienta que tengo que dar explicaciones o pensar en que tienen que tener algo que decir que pueda explicar con palabras.
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